Fue bonito mientras duró
El partido que el Córdoba perdió esta jornada ante el Elche no es más que el fiel reflejo de lo que ha ocurrido en las 31 jornadas disputadas hasta la fecha en esta temporada histórica en Primera División: un querer y no poder. Lastrado por sus propios errores defensivos a lo largo de todo el campeonato, resultó imposible ganar un partido crucial para seguir aferrándose (más con el deseo que con sus posibilidades reales) a la permanencia. El equipo ilicitano era prácticamente el último clavo ardiendo al que podía agarrarse el conjunto cordobesista y el último adversario en esa pelea al que podía dar las facilidades ofrecidas habitualmente a lo largo de toda la Liga. Nada más lejos de la realidad. El petardo le volvió a estallar en las manos.
De nada le sirvió a su técnico poner sobre el césped el once más ofensivo posible ni el ilusionante arranque de partido. Los mismos errores de siempre le impidieron obtener premio alguno, como ocurriera apenas cinco días atrás ante el Deportivo. Llueve sobre mojado. Esta vez, ante un oponente bien plantado sobre el campo, que supo aprovechar la sangrante y repetitiva fragilidad defensiva de cada partido en sendas acciones a balón parado pero que no demostró nada del otro mundo. El segundo gol visitante acabó por desesperar a una afición que, al contrario que su equipo, sí ha demostrado ser de Primera.
Y es que el público de El Arcángel ha estado paciente toda la temporada con sus jugadores, pero la derrota y, sobre todo, la incapacidad manifiesta de mantener su portería a cero jornada tras jornada y la manera en la que se produjeron los dos goles fue el detonante de las airadas protestas y los cánticos en contra del presidente, Carlos González, y los futbolistas. Focalizando su enfado en el meta Juan Carlos. El alcarreño tuvo una desafortunada actuación, al igual que sus comparendos de zaga. Humanamente hay que estar con el portero blanquiverde, pero también hay que entender el enfado de la afición. Es que no se puede defender peor en acciones de estrategia. Algo que no es nada nuevo. Fue más de lo mismo y la confirmación de que se ha fallado claramente en la construcción de este equipo. Las plantillas se empiezan a confeccionar desde atrás y, en la portería y en la primera línea de resistencia, no se ha podido hacer peor.
Tres entrenadores en una temporada es el resultante más frecuente en aquellos clubes que no acertaron en su política de fichajes. Y que conste que con este mismo sistema de trabajo, el que integraron diversos directores deportivos, secretarios técnicos, asesores externos variados y presidente, en lo que vino a denominarse comisión deportiva (que es el sistema más frecuente en el que al final no manda nadie y meten mano todos) fue el que permitió a este club disputar dos ligas de ascenso y lograr un ascenso a Primera con Carlos González en la presidencia. Algo de lo que nadie ha podido presumir en los últimos 43 anos. Pero esta vez salió mal.
El Córdoba sólo ha ganado un partido en su estadio y así es imposible, y menos siendo un equipo recién ascendido que teóricamente debe cimentar su continuidad en la categoría haciéndose fuerte en casa. Lo ocurrido ante el Elche no fue más que lo habitual en una temporada histórica pero que va a pasar con más pena que gloria. El sueño que se inició en Las Palmas se acaba. Fue bonito mientras duró.
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