El baloncesto se viste de luto

Alfonso Guerrero muere a los 53 años tras una larga enfermedad, siendo pieza clave en la formación de numerosos técnicos y jugadores cordobeses

Familiares y amigos portan el féretro del entrenador cordobés Alfonso Guerrero.
Familiares y amigos portan el féretro del entrenador cordobés Alfonso Guerrero.
Pedro Carmona Córdoba

13 de agosto 2014 - 05:02

El mundo del baloncesto en Córdoba fue sacudido ayer con la noticia del fallecimiento de Alfonso Guerrero a las 53 años de edad. El técnico cordobés, con más de treinta años de su vida dedicada a los banquillos, ha sido uno de los grandes baluarte de este deporte en la ciudad, además de pieza clave en la formación de numerosos entrenadores y jugadores locales.

A lo largo de esta prolífica carrera en los banquillos, donde la labor educativa siempre ocupó un papel protagonista, Alfonso Guerrero dirigió una gran cantidad de equipos de todas las categorías. Entre ellos, destacan sus años como entrenador en clubes como el Cotuba, El Ejido, Salesianos de Córdoba, Salesianos de Atocha, Colegio Virgen del Carmen, Adeba, Cajasur, Villanueva de Córdoba, Cronista Rey Díaz y, en sus últimas temporadas, el Europa Ciudad de Córdoba.

De hecho y como consecuencia de esta trayectoria, por sus manos pasaron un gran número de jóvenes que, discurrido el paso del tiempo, encaminaron sus carreras profesionales hacia los banquillos, dedicándose inquebrantable a la formación de jugadores de la cantera, principal baluarte de su antecesor.

A pesar de ese enorme triunfo, el de cosechar el cariño y la admiración de quienes le rodeaban, nunca se dejó deslumbrar por el éxito y prefirió observar sus logros desde la distancia.

Por todo ello, Alfonso Guerrero fue, junto al también querido Kiko Pastor, un representante insustituible en la época dorada del Colegio Salesianos, cuyos participantes dominaron una época del baloncesto, exportando, además, jugadores y entrenadores que aún hoy siguen siendo embajadores de su filosofía en numerosos clubes de la provincia de Córdoba.

En definitiva, el baloncesto cordobés quedará marcado de por vida por Alfonso Guerrero Gomáriz, un hombre que entregó su vida a este deporte y cuyo legado quedará guardado para la posteridad, sobre todo para las nuevas generaciones que nacen.

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