El ascenso, desde atrás

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Juan Carlos atrapa un balón en un entrenamiento, con Mikel Saizar al fondo.
Juan Carlos atrapa un balón en un entrenamiento, con Mikel Saizar al fondo.
Rafael Rojas

16 de junio 2015 - 05:02

Hay quien asegura que el gol permite al club que lo posee asegurarse un puesto entre los elegidos al ascenso. Otros opinan que hay que construir un equipo sólido desde atrás para poder aspirar a los puestos de privilegio. Y los más expertos apuntan a que la clave para que un equipo logre el objetivo es el equilibrio entre ambos planteamientos. Es decir, aquellos que conforman una plantilla que sabe defender y que encaja pocos goles y que dispone del gol suficiente para ganar los partidos está más cerca del éxito.

La Segunda División es una competición muy exigente, muy competitiva y muy larga, tal vez demasiado. El Córdoba aspira esta temporada al retorno a Primera y para ello tiene que confeccionar un plantel muy renovado. ¿Qué hacer entonces? ¿Apostar por los refuerzos importantes en el ataque con cifras goleadoras que tranquilicen a la afición o empezar por reconstruir la que ha sido la peor de sus líneas en la pasada temporada? El dilema, más allá de perogrulladas, no crean que es fácil, porque todo el mundo lo que ansía es lo primero, que lleguen goleadores de relumbrón avalados por su currículum, sin dar demasiado mérito a la contratación de buenos porteros, centrales o pivotes incansables. Muy bien, pero un equipo por mucha artillería que meta en su delantera si no tiene un eje central fuerte (portero, centrales y pivote defensivo) sufrirá de lo lindo para conseguir sus objetivos. Ésta es, a mi modesto entender, una de las claves, aunque todos los caminos son buenos si al final se logra el ascenso.

El curso que recientemente ha finalizado es un claro ejemplo de este planteamiento. Los dos clubes que han logrado el ascenso directo optaron por propuestas muy distintas. El Real Betis tuvo en sus filas dos artilleros de primer nivel: Rubén Castro (32) y Jorge Molina (19) consiguieron 51 de los 73 goles de su equipo o, lo que es lo mismo, más del 70% de sus dianas. Entre los dos sumaron 36 goles más que los dos máximos realizadores del Sporting, Guerrero (10) e Ismael (5).

La escuadra asturiana consiguió idéntico objetivo que la bética, pero siendo el club menos goleado de la categoría, con sólo 27 tantos encajados en 42 encuentros de Liga y siendo, a la vez, el menos realizador de los seis primeros clasificados (57). El equipo dirigido por Abelardo nos dice que para subir a Primera es muy importante sumar de tres en tres, pero más aún es no perder y, a pesar de la poca importancia que solemos otorgar a los empates, aquello de puntito a puntito también da resultado. Hasta en 19 ocasiones empataron los gijoneses, siendo el equipo que menos derrotas cosechó y de largo: apenas dos.

Pero, aunque en fútbol dos y dos no son cuatro, estamos hablando sólo de números y éstos acaban situando a los clubes donde se merecen. Las Palmas y Zaragoza tuvieron en sus plantillas a dos de los tres mejores goleadores de la Liga, Sergio Araujo (Las Palmas/23) y Borja Bastón (Real Zaragoza/23) y, sin embargo, fueron dos de los más goleados de entre los seis primeros. No obstante, de entre los cuatro equipos que entraron en el play off que otorgará la última plaza de ascenso (Valladolid y Girona ya están fuera de esa pelea) el que tiene números más parecidos al Real Betis es el canario, con 73 goles a favor (los mismos que los verdiblancos) y 47 en contra (cinco más que los de Mel). ¿Puede ser el tercero en ascender? La respuesta, el próximo domingo.

No obstante, apostamos más por la opción de confeccionar un equipo sólido, aguerrido, con experiencia, que tenga gol y que encaje los menos tantos posibles. En definitiva, por un equipo EQUILIBRADO. La diferencia de goles a favor y en contra es la que, a tenor de la última clasificación, otorga el puesto final. Y, curiosamente, los seis primeros de Segunda son la resultante de calcular la mejor diferencia de goles: Betis (+33), Sporting (+30), Gerona (+28), Las Palmas (+26), Valladolid (+25) y Zaragoza (+3). Hay que tener gol, está claro, pero ser un equipo bien construido desde la portería (puesto clave donde los haya) parece evidente que da muchas opciones de estar entre los mejores. Luego entonces, ¿qué fichar primero, el portero o el delantero?

El Córdoba tiene a Florin Andone, al que no debe traspasar si quiere aspirar de verdad al ascenso, y a Xisco, que viene de hacer 9 goles en cuatro meses con el Mallorca, que no está nada mal. Arturo, después de su cesión, no parece que tenga muchas opciones. Arriba hay argumentos para ir más o menos con tranquilidad, pero sin pausa. Ustedes ya me entienden.

En donde el Córdoba debe echar el resto es atrás; ahí donde se viene de fracasar claramente y con estrépito. Juan Carlos, tan impresionante bajo palos y en el mano a mano como fiasco casi total en el juego aéreo, no trasmite confianza ni dentro del campo ni en la grada. Saizar, con poco bagaje en las últimas campañas, podría tener una salida. Aquí, estar tranquilos sería, más que una temeridad, un disparate. ¿Dónde es más urgente la llegada de fichajes? Pues eso.

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