Los árbitros denuncian otros casos de violencia en Córdoba

Una vez más la violencia ha vuelto a salpicar al fútbol base cordobés. Después de los graves incidentes acaecidos el pasado mes de diciembre, cuando un árbitro de 15 años fue agredido en un partido de categoría alevín, este fin de semana dos nuevos y lamentables altercados han saltado a la palestra, provocando la reacción del estamento arbitral, que emitió un comunicado para alertar de la problemática y anunciar una inminente reunión entre las instituciones para atajar de raíz esta lacra del fútbol base.

El primero de estos casos de violencia en el ámbito deportivo se produjo en un partido de categoría juvenil que disputaban en Peñarroya el conjunto local y el Deportivo Córdoba. En dicho encuentro se produjo una multitudinaria pelea que terminó con varias personas, entre jugadores y familiares, teniendo que ser atendidas por los servicios médicos. Además, en la segunda prebenjamín, un árbitro sufrió una agresión durante el partido que disputaban el Salvador Allende y el San Lorenzo. El colegiado fue agarrado del cuello por el padre de uno de los jugadores, provocándole una contractura que más tarde denunció de manera formal ante la policía.

A modo de prevención, la Delegación de Árbitros de Córdoba hizo público un comunicado en el que expresaba la siguiente determinación: "En el caso de que se tenga que llamar a Guardia Civil o a Policía Nacional por cualquier incidente se hará constar a dichas fuerzas de orden público la existencia de un bar en la instalaciones deportivas y que deberán comprobar si se están vendiendo bebidas alcohólicas en las mismas, tomando las medidas pertinentes, según viene reflejado en la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte". El estamento ha tomado esta decisión después de consultar a la Guardia Civil y a la Policía, y asegura contar con el total apoyo de la Federación Cordobesa.

Además, el colectivo arbitral cordobés anunció que está prevista una reunión entre miembros del IMD, la Diputación, la Federación Cordobesa de Fútbol y el propio Colegio de Árbitros, con la idea de "llevar a cabo medidas para erradicar la violencia en el fútbol base".