Siete años luchando por esto

Carlos González desembarca en el CCF tras sus intentos frustrados por entrar en la directiva del Real Madrid y hacerse con el control del Mallorca o el Rayo Vallecano

J. C. L. / Córdoba

04 de junio 2011 - 05:02

Siete años después de su primer intento de entrar en el mundo del fútbol y tras tener relaciones recientes con hasta tres clubes, Carlos González cumplirá en el Córdoba su vieja aspiración de tomar el control de una entidad profesional.

Todo comenzó en mayo de 2004, cuando presentó su candidatura en solitario a la presidencia del Real Madrid, aunque apenas un mes después decidió unir sus fuerzas a Lorenzo Sanz, el ex mandatario blanco que se opuso a la reelección de Florentino Pérez. El Ser Superior se impuso con un insultante 91% por el 5% de Sanz-González, que quedaron en evidencia ante el imparable creador del Madrid de los galácticos.

La derrota no le quitó las ganas de seguir optando a la presidencia del club de Concha Espina, y en 2009 volvió a presentarse, esta vez como uno de los vicepresidentes de la candidatura de Juan Onieva. Aunque no era la cabeza visible, sí que dejó constancia de su capacidad económica al avalar con 57 millones de euros el 50% de la alternativa... a Florentino, que preparaba a lo grande su nuevo desembarco en el Real Madrid.

La aventura duró apenas unos días, después de que las críticas sufridas por la bochornosa presentación del otro vicepresidente, Fernando Martínez Blanco, en la que llegó a decir que Obama era del Madrid, para acabar con una foto de Kennedy... con seis dedos. González anunció horas después su renuncia a la candidatura alegando "motivos personales", aunque la decisión estaba motivada por las nulas opciones de derrotar a Florentino Pérez. "No queremos ser la mofa del madridismo", dijo el nuevo dueño del CCF horas antes de que Onieva retirara formalmente su candidatura.

Pero González seguía teniendo hambre de fútbol. Sólo un mes después, aún en el verano de 2009, su siguiente objetivo fue el Mallorca. El club balear estaba en una situación similar a la del actual Córdoba, con Mateu Alemany buscando un comprador que sacara al club de la ruina económica. Tras un larguísimo culebrón, el empresario tinerfeño llegó a un principio de acuerdo por una cantidad de cinco millones de euros. El pacto, similar al que el CCF firmó en su día con Víctor de Aldama, tenía un plazo de diez días en los que González tenía que hacer efectivo el pago, pero el dinero nunca llegó a la isla. La relación entre las dos partes dio paso a un cruce de acusaciones y demandas por falsedad documental, incumplimiento de contrato y daños morales. Al final, y tras llegar incluso a la amenaza de cárcel, todo quedó en nada.

El último contacto de Carlos González con el fútbol llegó el pasado mes de marzo, cuando el canario se interesó por el Rayo Vallecano. El problema es que la familia Ruiz Mateos pedía a cualquier comprador que asumiera la deuda de 30 millones de euros arrastrada por la entidad, demasiado para González.

Y al fin llegó el Córdoba. El tinerfeño llegará acompañado por Gregorio Muñoz Gori, ex presidente del Granada y hombre fuerte en la parcela deportiva. Probablemente, González no ejercerá como presidente, sino que delegará en alguna persona cercana al club, sin que pueda descartarse que sea algún actual miembro del consejo.

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