Táctica, físico y contragolpe

Córdoba | Granada

El gol es la asignatura pendiente de un equipo que es el menos realizador de la Liga Lleva 12 jornadas sin ganar y su última victoria la consiguió, curiosamente, en San Mamés

El delantero marroquí del Granada, El Arabi, controla un balón en presencia de un jugador del Getafe.
Diego Arellano Córdoba

05 de enero 2015 - 05:02

El Granada afronta su cuarta temporada consecutiva en Primera con idéntico objetivo, lograr una permanencia holgada, tras mantenerse con apuros en los tres ejercicios anteriores. Tras la marcha de Lucas Alcaraz, que salvó al equipo en las dos últimas campañas, el conjunto nazarí confió el banquillo a Joaquín Caparrós, un técnico experto y capaz de dotar de solidez competitiva a sus equipos.

En el Granada son habituales cada verano muchos cambios. En el último dejaron la entidad jugadores considerados indiscutibles como Angulo, Brahimi o Siqueira, traspasos que dejaron casi 20 millones de euros en las arcas del club. Además, la vuelta a sus equipos de los cedidos Tiago Ilori o Recio, y la salida de otros jugadores como Buonanotte, dejaron al conjunto con pocos referentes de la campaña anterior. Pese a todo, mantuvo una columna vertebral con el meta Roberto, el lateral Nyom, el central Murillo, los medios Fran Rico e Iturra, el atacante Piti o el delantero El Arabi, que garantizaban calidad en la continuidad.

Con todo, esto llevó al Granada a invertir en la adquisición del lateral Foulquier y el delantero Jhon Córdoba, mientras que el resto de fichajes llegó a coste cero: Oier, Javi Márquez, Juan Carlos, Rochina, Larsson o Babin. Junto a ellos, Caparrós ha hecho ya debutar en Primera a jóvenes del filial como Dimitrievski, Sulayman o Success.

El Granada tuvo un inicio de campeonato fulgurante, en el que sumó ocho de los doce primeros puntos. Pero el triunfo en San Mames, en la cuarta jornada, que hizo que la ilusión se desbordara, metió a los de Caparrós en un letargo del que aún no han salido al sumar sólo cinco empates en las doce jornadas posteriores, con una asignatura pendiente: el gol.

SIN BALÓN

Caparrós ha implantado el 4-4-2 como sistema principal, aunque en ocasiones utiliza el 4-2-3-1 e incluso el 4-5-1. Para el técnico prima el rigor táctico, sobre todo defensivo. Los cuatro hombres de atrás, junto a los dos pivotes de contención, son los encargados de equilibrar la transición ataque-defensa, sin contemplaciones a la hora de parar el ataque rival y con escasas salidas en ataque.

Roberto es el meta titular. Por delante, una línea de cuatro en la que Nyom, en el lateral derecho, y Murillo y Babin como pareja de centrales, se pueden considerar fijos, aportando músculo a un sistema defensivo muy correoso. Los problemas físicos de Murillo darán opción a Mainz, de similares características al colombiano. Más abierto aparece el puesto de lateral izquierdo, en el que suele jugar Foulquier, auténtico comodín, que también lo ha hecho en la derecha o en posición más adelantada. Juan Carlos o el ausente Sissoko, ambos extremos reconvertidos, son los recambios habituales.

Por delante, un doble pivote en el que será baja por sanción Iturra y en el que la duda está en quién acompañará a Fran Rico, con Héctor Yuste, Eddy y Javi Márquez como alternativas principales. Sea uno u otro, su cometido será mantener la dirección y coordinación de la maniobrabilidad defensiva granadina como hace el chileno.

El técnico alinea habitualmente un once en el que predominan dos líneas de cuatro detrás de dos delanteros, manteniéndolas muy juntas y contando con la ayuda de los dos puntas a la hora de defender. Caparrós pretende que su equipo esté muy junto, sin dejar espacios entre líneas y no permitiendo crear superioridades en las zonas centrales. Así, el equipo se repliega conforme el rival circula el balón hasta colocarse muy cerca de su área, mostrándose muy intenso y con los dos puntas taponando a los mediocentros rivales.

CON BALÓN

Cuando el Granada se hace con el esférico, busca hacer daño sobre todo a la contra, con jugadores como Jhon Córdoba, El Arabi o Success, que tienen velocidad y calidad individual. Intenta atacar con transiciones rápidas y balones a la espalda de la línea defensiva rival, ya sea en centros laterales o verticales, pero su repliegue intensivo en defensa hace que pocos efectivos puedan salir al ataque rápido.

Foulquier, Piti o Javi Márquez estarán en los costados del mediocampo, cerrándose en tareas defensivas, pero dando amplitud al campo, velocidad y desborde cuando los blanquirrojos tienen el balón. En la derecha, de jugar Foulquier, forma con Nyom una banda muy física y defensiva, pues el francés es un pulmón que aparece con peligro en ataque y ofrece ayudas permanentes en defensa. Piti, veloz y vertical, puede jugar en ambos costados, aunque el técnico lo viene utilizando sobre todo por la diestra, para entrar a pierna cambiada. Rochina ofrecería más gol, pero no estará.

Arriba, Jhon Córdoba, fuerte y rápido, y El Arabi, más versátil y dinámico, le han ganado la partida al desaparecido Success, al que aún se espera de sus vacaciones.

LO MEJOR

Caparrós dota a sus equipos de empuje y determinación, y cuenta con hombres hechos para la pelea.

LO PEOR

Su falta de gol. Es el equipo menos goleador de la Liga.

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