córdoba cf | cádiz cf

Sonrisa desdibujada

  • El Arcángel acoge la mejor entrada del año con más de 1.000 cadistas

  • Lourdes Mohedano, elegante, hizo el saque de honor en una tarde soleada que acabó gris

Era el último partido del año en El Arcángel y fue una final en las gradas. Colorido para que el coliseo ribereño tuviese la mejor entrada del curso. Sonrisas como la de Lourdes Mohedano y las de los seguidores gaditanos al final de un partido que dejó helado al cordobesismo. Otro revés, el quinto consecutivo en casa, que heló un domingo que arrancó soleado. La sonrisa fue desdibujada en el último encuentro como local con Carlos González de presidente, que se va escondido en su particular búnker. Comienza otra etapa en 2017 y habrá que ver si es mejor...

Ambiente de fútbol y de los buenos. Antes de arrancar el partido, los aledaños de El Arcángel ya eran un hervidero de gente que quería entrar al estadio. Incluso Bernardo Cruz, que jugó el viernes con el Sevilla Atlético ante el Reus, no se quiso perder el encuentro. Es otro cordobesista más. Además, se daban todos los condicionantes para que el coliseo ribereño tuviese la mejor entrada del año. Domingo, gran tiempo (sol y calor para ser un 11 de diciembre), buena hora y derbi andaluz. La cercanía del viaje hizo el resto. Con un desplazamiento de más de mil cadistas, que pusieron mucho color (amarillo) a las gradas de ambas esquinas del anfiteatro, la tarde se antojaba perfecta para disfrutar de algo más que un partido. Todo con vigilancia. Mucha. Pero todo salió. Esto es el fútbol. Una pasión, un sentimiento, un espectáculo.

Con las gradas a tope y todos ya asentados en su posición, era el turno de mirar hacia el verde. Y allí apareció Lourdes Mohedano. La sonrisa y la elegancia personalizada. La gimnasta cordobesa, plata con el conjunto español en los Juegos Olímpicos de Río, hizo el saque de honor. Era merecido por todos los éxitos conquistados por esta gran campeona. Antes de darle a la pelota, la peñarriblense se enfundó la elástica blanquiverde y posó junto al capitán Domingo Cisma. Luego, con estilo, golpeó el primer balón. Aplausos y despedida. Ella lo hizo como siempre, con su gran sonrisa.

Antes de que volviese a rugir la grada, hubo un minuto de silencio muy respetuoso por las víctimas de los atentados de Estambul. Una horrible masacre. Pero la vida sigue y los espectadores querían disfrutar de una gran tarde de domingo. Cada afición a lo suyo, con los suyos y deseando cantar goles. Sin embargo, en la primera mitad no hubo grandes ocasiones. Daba igual, porque en la grada no se paraba. Y la primera mitad acabó con un aplauso para ambos equipos. Todo quedaba para la segunda parte.

Era el turno de ir a por un refresco para aclarar las gargantas. Tocaba dar el do de pecho en los segundos 45 minutos. De paso una visita al baño, que siempre viene bien. Y así se esfumó el tiempo de espera. Volvieron a saltar los protagonistas y volvió a rugir El Arcángel. De hecho, el penalti de Sankaré a Rodri hizo estallar al cordobesismo. El gol ya fue el éxtasis. La zona amarilla callaba, pero fue por poco tiempo. Lo que tardó Ortuño en poner la igualada. Ahí se vinieron arriba. Bufandas al viento. El anfiteatro hasta temblaba. El sufrimiento era ahora para la afición local. Quedaba tiempo para que pasasen muchas cosas. Pero la grada volvió a lo suyo, y es que hay partidos que se ganan por el ánimo de los hinchas.

Así, mientras el CCF se quedó helado, el Cádiz tiró de coraje y dio la vuelta al partido gracias a otro tanto de Ortuño, que desató la locura en las zonas cadistas. Un pequeño Carranza que hizo temblar El Arcángel con la celebración. Tocado el cordobesismo, el equipo lo intentó a la desesperaba antes de que los focos se apagasen. Y el tercer gol amarillo hizo que el combate se fuese hacia Cádiz. Los aficionados locales cogieron rumbo hacia sus casas antes de tiempo, mientras que los cadistas disfrutaron de su gran tarde. Una tarde que fue al final negra para el cordobesismo. En el encuentro de despedida del curso 2016 en casa, los blanquiverdes enlazaron su tercera derrota seguida -la quinta comparecencia sin sumar los tres puntos- y los ánimos se tornaron en lamentos. Tristeza para cerrar el año y esperando que 2017 tenga otro color. El amarillo ganó ayer la partida.

Y hablando de despedidas, ayer fue el último encuentro en El Arcángel de Carlos González como presidente. Hace tiempo que no preside los partidos, lo hace desde su particular búnker. Escondido y viendo como su etapa en el club toca fondo. Ayer nadie se acordó de él. Tuvo suerte. Es hora de reflexionar y que pronto se pueda ir el cordobesismo con una sonrisa a su casa. En el derbi no tocó y la única sonrisa que brilló en el verde fue la de los cadistas... y la de Lourdes Mohedano, la gran campeona.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios