El Lucena está a sólo un pasito de certificar por quinta temporada consecutiva su permanencia en Segunda División B. Un triunfo hoy ante el Puertollano, equipo con el comparte placidez clasificatoria y que persigue el mismo objetivo, sellaría virtualmente la salvación del conjunto celeste con dos meses aún de competición por delante. Un plato apetitoso que los hombres de Falete no están dispuestos a dejar pasar. No sólo por la tranquilidad que daría al vestuario y a la junta gestora de cara a planificar la próxima temporada, sino porque abriría de par en par de nuevo las puertas de la ilusión por luchar por la Copa del Rey. De momento, los números sonríen al equipo aracelitano, que a estas alturas del curso mejora el rendimiento dado el año pasado por la histórica plantilla que conducía Alberto Monteagudo.

Las dos últimas victorias sobre rivales directos por amarrar la permanencia -Caravaca (2-1) y Jumilla (0-3)- han acabado de despejar un horizonte que ya se intuía plácido a pesar de la serie anterior de cuatro jornadas sin ganar. Con un colchón de 12 puntos sobre la plaza de play out y 14 respecto al descenso directo, sólo una hecatombe haría temer por la estabilidad lucentina. Pero en el vestuario son conscientes de que hasta que el objetivo no esté matemáticamente conseguido hay que seguir trabajando. Para ello también hizo el club un esfuerzo en el reciente mercado invernal de fichajes. De ahí que la conjura pase por no alargar más allá de hoy la posibilidad de poner la primera piedra del futuro del club lucentino.

Avalado por su buena adaptación al nuevo estadio y con unos notables números como local -26 puntos de 39 posibles, con sólo tres derrotas-, el Lucena tiene argumentos más que de sobra para superar hoy a uno de los escasos rivales a los que todavía no ha conseguido hincarle el diente. Porque el Puertollano ya salió victorioso de sus dos anteriores visitas a tierras aracelitanas -0-1 (07-08) y 1-3 (08-09)- y en su último viaje sacó el botín completo del siempre complicado Ciudad de Lepe. Los manchegos quizás acusen hoy el cansancio tras jugar el jueves la ida de las semifinales de la Copa RFEF ante al Arandina, de Tercera División (1-0) -es su gran objetivo de la campaña y el jueves disputan el partido de vuelta-, y los problemas económicos que atraviesa la entidad, que ya invitaron a abandonar el barco en pleno viaje a Tai, Vladimir y Acorán.

Para esta nueva final, Falete tiene dos importantes ausencias. Pineda es baja por acumulación de amonestaciones, al tiempo que Sergio Ortiz arrastra unas molestias musculares que ya le impidieron terminar el último duelo ante el Jumilla. En principio, Fede actuará de referencia ofensiva, mientras que Pascual y Óscar Ventaja se disputan la plaza para acompañar a Jesús Lanza en las labores de organización. Por su parte, Obregón vuelve a estar disponible, aunque no parece lógica su presencia en el once tras tres meses fuera del equipo por lesión.

En el Puertollano, su técnico, Jacobo Maestre, sigue sin poder contar una semana más con el portero cordobés Sebas, mientras que recupera para la cita en Lucena a Ormazabal y Pelegrina. Una buena noticia para un grupo que esta misma semana recibió la visita de los representantes de la AFE para estudiar su delicada situación económica. De ahí la importancia que el club da a la Copa RFEF, de la que es bicampeón, por la importante inyección económica que supone.

ALINEACIONES PROBABLES

Lucena: Escudero; Domingo, Romerito, Lolo Yedra, Manolo Cano; Sarmiento; José Manuel, Jesús Lanza, Óscar Ventaja, Dani Lanza; y Fede.

Puertollano: Nacho; Ormazabal, Olmo, Raúl Aguilar, Pomar; Nando, Raúl Medina; Pedro Díaz, Carlos Álvarez, Encinas; y Javi Gómez.

Árbitro: Ortiz Blanco (madrileño).

Campo: Ciudad de Lucena (12:00).