Córdoba CF

Sangrar para ganar (2-0)

  • El Córdoba se impone con goles de Hervás y Borja a un Elche que se empleó con dureza para frenar el caudal blanquiverde. Tres expulsados y once amarillas; Charles, al hospital.

Cuando Paco Jémez dijo que el Córdoba sería mejor en la segunda vuelta no trataba de engatusar a nadie con un vaticinio tópico y amable, de esos que sirven para salir del paso ante la opinión pública cuando las expectativas crecen y se multiplican las exigencias. Qué va. El entrenador cordobesista se refería precisamente a partidos como el de ayer ante el Elche, que confirman que el asunto se pone serio. El Córdoba tendrá que ser mejor porque los demás también lo van a ser. Todos los que están arriba -digámoslo ya por si a alguien le cabe alguna duda: la lucha del Córdoba es ésa- van a insistir en perfeccionar su versión. Todos se dejarán la vida por hacer mejor lo que ya hacen bien. Cada uno a su manera. El Córdoba-Elche resultó un interesante duelo de estilos, un choque por momentos brutal entre distintas maneras de abordar un partido con trascendencia. El premio era un sitio en la zona de play off, nada más y nada menos. Lo ganó el equipo anfitrión, que se quedó con los puntos y con otra buena dosis del aprecio de su gente. Otra vez se superaron los diez mil espectadores en El Arcángel, en una alianza que debe insuflar ánimos a una formación para la que se avecinan tiempos ilusionantes. Venció por derecho, de forma inapelable, tras despachar una jornada laboral de esas que dignifican el oficio.

Cada cual hizo lo que acostumbra y certificó su fama: el Córdoba, la de excelente tocador de balón y generador de muchas más situaciones de gol de las que culmina; el Elche, de buscador de resultados a machete, sin miramientos y con la estética zafia de la marrullería. También eso es fútbol, claro. Pero ayer terminó imponiéndose el que se juega con la cabeza sobre el que se mueve con las vísceras. El Córdoba cerró su actuación entre olés del público, con circulaciones de balón eternas ante un adversario vencido en todos los órdenes. El toque ganó a la patada en un encuentro que tuvo durante muchas fases aspecto de guerrilla y que concluyó con tres expulsados.

Ya está el equipo blanquiverde otra vez ahí, entre los seis primeros, con la moral alzada y el cuerpo dolorido después de uno de los partidos más broncos, tensos y agotadores de los últimos tiempos. El bufido de alivio al final fue atronador. Sin embargo, lo peor de estas batallas llega después. Las secuelas dejan por delante un panorama inquietante: Gaspar y Javi Hervás cumplieron el ciclo de tarjetas y no podrán ser alineados por Paco Jémez en Almería, donde el próximo sábado tiene el Córdoba otra cita de máxima tensión. Tampoco irá Charles, cuya imagen simbolizó la crudeza del choque. El brasileño regresaba a una convocatoria después de algo más de un mes. Ingresó en el campo supliendo a Patiño y se llevó una de las ovaciones más sentidas que se recuerdan, aliñada con cánticos pidiéndole casi un imposible: que continúe en las filas del club desoyendo ofertas superiores. El punta de Belem salió a comerse el mundo y, literalmente, le partieron la boca. Edu Albacar le soltó un codazo que le causó una doble fractura de mandíbula. Charles continuó sobre el césped, mordiendo un trapo ensangrentado y tirándose a por todos los balones hasta que su equipo remató el partido con el 2-0. La imagen de su sonrisa enrojecida lo explica todo.

Al Córdoba le costó meterse en situación en un pleito rasposo, marcado por una presión agobiante del Elche en el centro del campo para anular las vías habituales del Córdoba: a Javi Hervás le atosigaron de buena o mala manera, según se terciara, y en las bandas había orden de frenar a Borja y López Silva, quienes sin embargo encontraron el modo -tienen calidad para ello- de ir tirando. Peor lo pasó el pobre Patiño, al que le dieron una verdadera paliza cuando lo emparedaron entre el meta Juan Carlos y el central Héctor Rodas. Aguantó el madrileño antes de marcharse para dejar su sitio a un Charles al que, como ya ha quedado relatado, no le fue mejor sino todo lo contrario. Lo enviaron al hospital de un puñetazo.

El Córdoba se fue rehaciendo a su manera. En medio de un ambiente bélico, insistió en buscar soluciones con la pelota. Menos mal que tiene a López Garai. El de Barakaldo volvió a firmar una actuación que va más allá de lo competente. Pone pausa y criterio donde todo tiende al caos. Y lo de ayer pareció en muchos momentos una guerra. El panorama empezó a aclararse con el gol de Javi Hervás. El fútbol se abría camino.

Un paradón de Alberto a tiro de Nicki Bille llevó el susto antes de que López Silva y Fuentes tuvieran sus ocasiones. Luego todo se enturbió aún más. Paradójicamente, el Córdoba fue el primero en ir perdiendo personal. Gaspar recibió la segunda tarjeta en el 63'. Tres después, Albacar vio la roja por la agresión a Charles y Pelegrín enfiló el camino de los vestuarios en el 80' tras una segunda amarilla.

Con la grada hirviendo y los pulsos disparados en el campo, llegó la sentencia. El herido Charles se le dio franca a Borja García para que el madrileño, escapando al fuera de juego, soltara un derechazo definitivo. El Córdoba ganó y pagó un alto precio por ello.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios