Salinas se siente solo
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El presidente, contrariado por la pobre respuesta de la afición ante el Racing, recuerda que "esto es una cosa de todos; si no, no podremos apostar" · Estos mimbres condenan a la "mediocridad" en Segunda
5.358 espectadores y 66.800 euros de recaudación. O sea, más de tres mil aficionados menos de lo habitual (la media del curso era de 8.608). La entrada más pobre de la temporada coincidió con la visita de un equipo de Primera como el Racing de Santander, aunque, al tratarse de un partido fuera de abono, la cantidad ingresada fue superior a los 61.313 euros que dejó el tope del Barcelona B, con 11.875 personas en El Arcángel. Números que disgustan al presidente del Córdoba, un José Miguel Salinas resignado, cansado de batallar contra molinos que parecen gigantes. El miércoles volvió al palco después de haberse ausentado en la cita anterior contra el Tenerife y se marchó con una sensación agria a pesar del excelente resultado, el 2-0 que el cuadro de Lucas Alcaraz defenderá en El Sardinero el 10 de noviembre.
Salinas estuvo a principios de semana en Cataluña, en compañía del vicepresidente Antonio Prieto y el director deportivo, Javier Zubillaga, en una visita institucional que tenía como objetivo analizar los modelos del Espanyol (en Sant Adrià de Besòs) y el Barcelona (en Sant Joan Despí) con vistas a la construcción de la futura Ciudad Deportiva en el polígono de Las Quemadas. Sin embargo, sólo un día después su afán por crecer contrastó con la peor entrada de la campaña, en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey y con un rival de Primera enfrente. Incluso con rebajas para los socios.
A la conclusión del duelo con el conjunto cántabro, el presidente se mostraba orgulloso del equipo: "El Córdoba ha hecho hoy -por el miércoles- lo que no ha sabido hacer en otros partidos, que es amarrar el resultado y demostrar fortaleza en los últimos minutos". "La Copa nos está dando este año satisfacciones", agregó el dirigente, consciente de que "lo importante era ganar, demostrar que ante un equipo de Primera somos competitivos, demostrar que podemos corregir errores y coger confianza para el domingo".
La otra cara de la moneda era la económica. Con 316 socios menos que el año pasado, para un total de 9.270, apenas cinco mil fieles se acercaron a El Arenal en la noche del miércoles. "Cada uno es libre y puede hacer lo que quiera, pero si se quiere tener un equipo potente y se quiere avanzar, no se puede dejar en manos de cuatro sacrificados. Esto es una cosa de todos; si no, no podremos apostar. Hoy nos han faltado 50 o 60.000 euros de los que habíamos apostado, y eso se nota después", lamentó el máximo mandatario cordobesista, que lleva "año y medio haciendo llamamientos. Ya no voy a hacer ningún llamamiento más. La responsabilidad de la gente tiene que funcionar por sí misma. Si nosotros decimos que tenemos como objetivo estar arriba, los instrumentos tienen que ser correspondientes. Si no, como ciudad, como cordobesismo, no tenemos objetivos, sino sueños, deseos de que nos toque la Loto...".
"Si nos queremos plantear estar arriba, ante un equipo de Primera debemos tener a 10.000 o 12.000 personas. No han venido y eso es acorde a una situación de navegar por la Segunda División desde el punto de vista de la mediocridad", afirmó Salinas, visiblemente contrariado. Porque si el Córdoba pretende "dar el salto, no lo puede dar sólo el consejo, haciendo un equipo más potente, gastando dinero, o el dueño del club; lo tenemos que hacer todos".
Los que faltaron "se han perdido un buen espectáculo, ha sido una noche agradable, ha sido un partido muy serio. La gente tiene que asumir sus responsabilidades". "Si viene un equipo de Primera División y vienen cinco mil personas, no será verdad que tenemos esos objetivos. No será verdad", recalcó el presidente, que tiene detectado el problema: "Falla la voluntad de venir". Así de crudo.
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