Rubén y Diego se toparán de nuevo en Castellón

T. C. / Córdoba

04 de octubre 2008 - 05:02

Para un jugador del Castellón, el choque de mañana tendrá un peculiar significado. Diego Reyes dejó huella en el Córdoba por su carácter extrovertido y su simpatía. Los que compartieron con él vestuario y confidencias lo recuerdan con mucho cariño. Con nostalgia. El gaditano cedió su puesto durante el tramo final de la pasada temporada a su competidor en el lateral izquierdo, y sin embargo amigo , Rubén.

Así, el cordobés acabó ganándose la confianza de José González y Diego tuvo que hacer las maletas precipitadamente. Poco tardó en encontrar acomodo en otro de los históricos de Segunda.

Mañana se reencontrarán, lógicamente, en los dos extremos opuestos del campo. A buen seguro -como hará con el resto de los que fueron sus compañeros durante dos años muy intensos- Rubén y Diego se abrazarán y se desearán lo mejor.

Porque es lo que le desea People, como era apodado en el seno de la plantilla cordobesista, a su ex entidad, sobre todo por sus buenos recuerdos: "En la primera temporada volvimos a la categoría de Plata y en la segunda mantuvimos al equipo. Jugué más de setenta partidos. Arriesgué cuando marché allí, pero me salió muy bien". Diego Reyes cuenta con cariño su aterrizaje en el equipo blanquiverde: "Llegué procedente del Nàstic. Acabábamos de subir a Primera División y de pronto marchaba a un equipo que estaba en Segunda B".

Pero el tiempo le dio la razón: "Sabía adónde iba. El Córdoba es un gran club. Formó una gran plantilla y se demostró con el ascenso que conseguimos a la conclusión de la temporada. Fue una decisión acertada aunque llevaba algo de riesgo, pero en el fútbol, a veces, hay que jugársela".

Luego actuó durante casi dos temporadas completas de forma ininterrumpida en el lateral zurdo. Rubén aguantó pacientemente su oportunidad. Hasta que Diego vio una amarilla en Elche (en el doloroso 3-2 de la jornada 36) que le obligó a cumplir ciclo. En el siguiente choque contra el Xerez, Rubén no sólo cumplió con creces sino que, incluso, anotó el gol de la victoria. Así, uno ganó y el otro perdió el puesto de forma radical (el gaditano sólo jugó diez minutos ante el Racing de Ferrol en esos últimos siete choques).

No obstante, el chiclanero tiene la espinita clavada por su marcha, según explicó en cordobadeporte.com: "Mi salida la sigo viendo un poco extraña. No me la esperaba ni yo ni ninguno de mis compañeros, porque la temporada pasada jugué bastantes partidos".

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