El Numancia, con goles de Pere Milla y Diamanka, aprovechó en la segunda mitad la descomposición del Rayo para empatar un partido que dominó con claridad el cuadro vallecano en la primera parte con dos tantos del argentino Oscar Trejo.

Una de las cosas que no se cansa de repetir una y otra vez Míchel públicamente es que su equipo debe ser protagonista en los partidos. Frente al Numancia, en la primera parte, sus jugadores lo fueron como pocas veces se había visto desde su llegada al banquillo a finales de febrero.

El Rayo salió al césped con las ideas muy claras y dispuesto a jugar al ritmo que marcaran Roberto Trashorras y Unai López, que supieron mover a su equipo de lado a lado y con la profundidad que ofrecieron por los costados Adrián Embarba y Diego Aguirre.

El equipo madrileño encontró recompensa a su juego a los 18 minutos, cuando Oscar Trejo recibió al filo del área pequeña un balón, se zafó de su defensor y batió por bajo a Aitor Fernández.

Solo un minuto después Escassi derribó a Santi Comesaña en el área y de nuevo Trejo, esta vez desde el punto de penalti, anotó el segundo para el Rayo.

Nada más comenzar la segunda parte, el Numancia se metió de lleno en el partido al reducir distancias por medio de Pere Milla, que remató un balón servido por Iñigo Pérez desde la izquierda.

La descomposición del Rayo llegó poco después cuando Pere Milla volvió a protagonizar una jugada de ataque y, en los metros finales, cedió un balón para que Diamanka batiese cruzado y por bajo a Alberto García.

Míchel intentó recuperar el pulso al partido y realizó un doble cambio muy ofensivo, dando entrada a Lass Bangoura y Javi Guerra, aunque el más peligroso para el Numancia siguió siendo Trejo, que lo intentó de todas las formas.