Raúl González, capitán del Real Madrid, sentenció, con sus dos goles, la victoria merengue ante al Racing, el equipo revelación de la Liga, en un partido en el que los cántabros nunca se rindieron.

Los norteños llegaron al Bernabéu con miras europeas, pero se toparon con un Madrid que confirmó su liderato. Forzaron tres saques de esquina en los primeros dos minutos, aunque, justo después, una triangulación entre Baptista, Van Nistelrooy y Raúl fue aprovechada por éste para abrir el marcador. A los diez minutos, una sensacional acción de Sneijder originó el segundo, después de que Sergio Sánchez, al intentar despejar, alojase en la meta de Toño el disparo del holandés.

El Racing no se arrugaba y, poco después, Duscher ponía a prueba a Casillas, que, de gran intervención, demostró, una vez más, que no andan demasiado errados los que le consideran el mejor portero del mundo. En la reanudación, apareció el a ratos churrigueresco Robinho, que se mostró incisivo por la izquierda, por donde puso en aprietos a Sergio Sánchez. Pero la irrupción decisiva fue la de Raúl, que sentenció la victoria local al ejecutar de forma magistral un lanzamiento directo. El capitán ya lleva ocho tantos y es el pichichi del equipo.

A falta de un cuarto de hora, Munitis anotó el tanto de la honra al culminar una gran jugada de Tchité. Para los exégetas del schusterismo puede que el equipo haya podido jugar mejor. Y las estadísticas pueden despistar, pero no engañan. El Racing llevaba sólo nueve goles encajados y en Madrid encajó, en un solo partido, la tercera parte de esa cantidad.