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Portería a cero, sinónimo de éxito

  • Juan Carlos no encajó goles por primera vez como visitante, algo que sólo había logrado dos veces en casa

"Somos un equipo humilde que no tiene un hombre que haga 40 goles, por lo que nuestro éxito sabemos que tiene que ser estar bien en defensa". La sentencia de Juan Carlos apenas unos minutos después de finalizar el choque en San Mamés ponía el dedo en la llaga del éxito que el Córdoba acababa de conseguir ante el Athletic. E insistía en lo que Djukic venía diciendo semanas atrás, cuando recalcó más de una vez que "cuando seamos contundentes atrás, seremos mejor equipo". En Bilbao se dio todo eso, y trajo consigo la primera victoria de la temporada, curiosamente en el primer envite a domicilio en el que el meta cordobesista no tenía que recoger ni una sola vez el balón de su portería. Por ahí se empieza a marcar el camino hacia la permanencia.

Porque al Córdoba ya ha quedado demostrado que le cuesta un mundo hacer gol. Es uno de los que menos marca de la máxima categoría (11 dianas en 14 jornadas, a menos de una por encuentro), por lo que tiene que multiplicar esfuerzos en defensa para hacer buenos los pocos que anota. Hasta el sábado, los blanquiverdes sólo habían terminado con un cero en su casillero dos partidos oficiales, los dos en casa: ante el Espanyol y ante el Deportivo. En ambos mereció marcharse con los tres puntos, pero su falta de puntería en ataque dibujó dos roscos en el marcador a la conclusión del tiempo reglamentario.

Fuera de casa no había conseguido aún dejar la portería a cero, salvo en el amistoso ante el Málaga (0-2) que de tanto ha servido a Djukic a la hora de reconstruir a su conjunto. Estuvo cerca de lograrlo en la visita a dos rivales directos (Getafe y Elche), que hasta San Mamés eran los únicos escenarios en los que el Córdoba había gozado de ventaja en el marcador. Pero en ambos cometió importantes errores en defensa que acabaron costándole el partido y firmando unas insuficientes tablas: 1-1 y 2-2, respectivamente.

"Esto no puede volver a pasar", lamentó Íñigo López, el único jugador de campo con pleno de minutos hasta ahora nada más concluir el partido del Martínez Valero. Fuera por eso o no, lo cierto es que en San Mamés el CCF firmó su mejor actuación en materia defensiva. Ni un solo fallo colectivo ni individual, lo que ayudado de la solidaridad y compromiso de todos los jugadores, dieron como consecuencia la primera alegría del curso.

Todos los protagonistas reconocieron aún en los entresijos del majestuoso estadio bilbaíno que habían sacado el orgullo, pues a pesar de las críticas ellos mismos eran conscientes de que algo no estaban haciendo del todo bien. El camino está marcado, y ahora sólo falta darle continuidad la próxima semana. Tendrá que ser en casa, donde más le está costando hasta el momento dar la talla al equipo, y ante el Levante de Lucas Alcaraz, un rival también directo en esa pelea por la permanencia a la que los blanquiverdes se han vuelto a enganchar tras dar la campanada en Bilbao.

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