Hoy, por fin, el balón rodará para zanjar el debate. De una vez por todas se sabrá si Lucas Alcaraz decide incluir a Díaz de Cerio en su alineación de inicio o si prefiere colocar junto a Pepe Díaz a un mediapunta que enganche con el centro del campo y las siempre habilidosas alas. Parece que será la primera opción la que emplee el granadino, más que nada por lo expuesto durante la semana, aunque el jueves -como es natural- no quiso dar ninguna pista que pudiera orientar al enemigo.

Asumió, eso sí, que las ausencias de Charles y Oriol Riera por sanción -que se suman a las de Gaspar, Cabrera y Camille- hacen que se quede "con menos recursos para la alineación". De cualquier manera, no piensa quejarse Alcaraz porque de nada le sirve: "Sobre lo que tenemos, hay que trabajar, para tener varias soluciones para distintos momentos del partido".

El encuentro de hoy será el primero de una racha de tres consecutivos en El Arcángel. Una circunstancia que sobre el papel debería servir de acicate y de estímulo para los optimistas. Pero conociendo como se conoce ya el club y sus circunstancias, el entrenador prefiere ser cauto. Cuando se le cuestionó sobre si es el momento de encadenar una racha triunfal que le meta en la zona noble, confesó no saberlo, porque "es difícil ganar dos partidos seguidos. Al ser en casa, todo el mundo supone que, pero no. Es difícil hasta puntuar dos semanas seguidas, porque vemos oscilaciones y equipos que cambian de buenas a malas rachas. No hay conjuntos capaces de mantener una hegemonía en los resultados".

Tampoco es que a Lucas le estimule pasarse dos fines de semana sin salir del hogar. "A mí me gusta que los partidos vayan alternados, porque es lo más natural", reveló, pero "las cosas no se eligen, y en ese sentido lo que hay que hacer es ir de uno en uno. No hay que pensar que hay tres partidos en casa, sino sólo uno. Cuando acabe éste, pensaremos en el siguiente. Hay que pensar en fútbol siempre, pero en un marco semanal, como mucho".

Un factor que puede ser determinante para estos envites es, claro, el estado del verde. Al respecto, el granadino está tranquilo, porque piensa "que va a estar normal, y en ese momento ya no habrá debate". De hecho, considera que "estuvo mal hasta el día del Xerez, porque tenía mucha arena y se caían los jugadores. Contra el Barcelona estaba bien, más o menos alto, pero bien, dentro de un orden. Eso es igual que cuando vas a San Mamés y lloviendo te riegan el campo".

Hoy correrá sobre ese césped el Elche, "un equipo de ésos que se hace muy difícil jugar contra él, porque aprieta mucho en la zona de balón y no te deja pensar". Así, "hay que intentar madurar el partido para que en la segunda parte se vayan produciendo esas distancias y si siguen apretando en la misma zona le puedas buscar la espalda, aunque es un equipo que tácticamente trabaja muy bien".

Aparte de afinar más en ataque -con o sin De Cerio- deben conservar la concentración defensiva de las últimas semanas, que ha permitido a los cordobesistas mejorar sensiblemente el número de goles encajados. Lucas lo confirmó: "Está claro que siempre se ha trabajado bien, pero ha habido un momento de exceso de goles. Esperemos que nos ajustemos al máximo y que el contrario no acierte". De todos modos, en esa visión positiva también influye que el viento sople a favor, porque "cada semana las sensaciones se tienen en función del resultado, pero los rivales también, que siguen compitiendo".

Como epílogo a su comparecencia se le cuestionó sobre las palabras de Acciari -coincidieron en el Murcia y el argentino no guarda un buen recuerdo de él-. "También dijo Juanito después de haber ganado la Eurocopa que era de los entrenadores con los que más había aprendido", replicó.