Perfume de partido grande; una decepción aún mayor
La expectación que despertó el encuentro acabó con tristeza para la afición pozoalbense
Había perfume de partido grande ayer en el Municipal. Hora y media antes del choque llegó la Balona con Rafael Escobar, al frente. Se nota que conoce hasta el último rincón del campo tras su etapa al mando del Pozoblanco. También llegó Berges, más serio que nunca y eso que ya de por sí lo es. En todos ellos se le veían esas caras que mezclan ganas y preocupación por lo que hay en juego.
Era día de partido grande. Los aficionados pozoalbenses tomaron asiento y cuando los jugadores se retiraron a las casetas para enfundarse la camiseta la grada registraba un buen aspecto. Algunos esperaban más afluencia, pero los que había se preparaban para vivir un choque vibrante. Pasaban los minutos y el capellán del Pozoblanco, Antonio Rides, rezaba por un triunfo blanquillo. Saltó la Balona y los aficionados de La Línea rompieron en palmas, mientras que el aficionado más cantarín de Pozoblanco, Alfredito el de la boina, gritaba su clásico "Pozoblancooo" a la vez que golpeaba su tambor.
A las cinco de la tarde sonaba el silbato de Carlos García Moreno, desde la cabina salían los gritos de los locutores de Punto Radio Pozoblanco y Radio Municipal de La Línea... diciendo aquello de... "¡Arranca el partido!". Lo que pasó después ya lo hemos contado en la crónica.
También te puede interesar
Lo último