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Paco va fenomenal de cabeza

"No lo veo yo por ahí, tiene que cambiar mucho...". "Éste o triunfa de golpe y se mete en el circuito o desaparece del mapa profesional rápidamente". "Tiene cualidades y sabe llegar a los jugadores, eso se valora y seguramente tendrá su oportunidad". Los entrecomillados corresponden a tres presidentes del Córdoba, los tres últimos. Con ellos tuve la oportunidad de intercambiar en distintos momentos opiniones a propósito de la figura de Paco Jémez, hoy -como ayer: ya ocupó el cargo en la 2007-08- entrenador del primer equipo blanquiverde. Campanero, Salinas y González. Averigüen ustedes quien dijo qué. El defensa ex internacional está ahora en la cresta de la ola, como su efervescente grupo, y sabe bien lo que puede proporcionarle que al Córdoba le coloquen los medios la etiqueta de equipo revelación. Mientras el cordobesismo se vuelve loco, los nombres de sus principales actores están subrayados en rojo en algunas ilustres agendas.

Paco es un producto en promoción. Todo el cordobesismo admite, entre el orgullo y la resignación, que el esplendor de un grupo de jugadores emergentes les convierte en piezas apetecibles en el mercado. Javi Hervás, Patiño, Borja, Charles... Hay interés por ellos. Y las ofertas están al caer. El éxito los pone a todos en el escaparate. A todos. También a los que ocupan el banquillo e incluso a quienes se sientan en ciertos despachos. Es lo normal, lo que siempre ocurrió en un Córdoba que un día se desprendió de su esencia -modesto y vendedor- para asumir un rol extravagante, improductivo y, finalmente, ruinoso.

El Córdoba de ahora tiene más verdad que otros anteriores, que resultaban impostados y difíciles de digerir sentimentalmente para una afición frustrada. Este Córdoba, posiblemente más imperfecto y seguro que más barato, tiene algo que está volviendo a enamorar a su clientela. Da resultados, sí, pero eso no es todo. Proporciona sueños. En sus filas hay historias de superación en todos los rincones. También en el banquillo, donde un cordobés tozudo y maduro persigue el triunfo a pecho descubierto.

Paco siempre fue bien de cabeza. En el campo era infranqueable por arriba. Como entrenador, la testa la utiliza para otros menesteres. Se nota que carbura ahora mucho mejor que en su primera etapa. No traiciona sus ideas, pero es capaz de adaptarlas a las circunstancias. El Córdoba, desde luego, es una experiencia potente. De aquí saldrá mucho más fuerte.

Yo lo afirmo aquí y ahora: Paco Jémez entrenará un día en Primera. Quizás dentro de unos meses. Quizás dentro de unos años. Lo hará. Entonces podré teclear esa bonita muletilla que dice: "Como ya adelantó este periódico hace años, PJ ya está en Primera". Y así me daré un autohomenaje y sentiré, de modo efímero, que pertenezco a esa clase de profesionales de la información que entienden este asunto -benditos sean por ello- como un ejercicio profético. Consiste en lanzar una predicción y a partir de ahí contar la historia en función de su cumplimiento. Si todo se desarrolla según el guión previsto, perfecto. Si no es así, siempre habrá tiempo para buscar una buena excusa. Para acabar, señores, permítanme un consejito: fíense más en lo que ven que en lo que les cuentan.

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