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Con Messi, da igual qué jugadores roten

  • El Barcelona dejó la eliminatoria cerrada gracias a tres goles del argentino, uno de ellos de penalti, en el Vicente Calderón

El Barcelona exhibió una aplastante superioridad en el Vicente Calderón, donde anuló a un decepcionante Atlético y prácticamente sentenció su billete para los cuartos de final de la Copa del Rey con comodidad y con tres goles de Leo Messi, imparable para los locales.

Ya el partido de vuelta, la próxima semana en el Camp Nou, parece un trámite. Por el resultado y por la diferencia actual entre ambos conjuntos, demostrada en la ida, en la que los rojiblancos nunca tuvieron opción.

De entrada, la baja de Agüero o la suplencia de Ujfalusi ya parecían una ventaja para el Barcelona, que, por mucho que Guardiola diera descanso a Eto'o, Víctor Valdés o Xavi y contara con las ausencias de Puyol, Márquez y Hleb, tiene un plantilla amplísima. Y a los once minutos de partido llegó el primer tanto. Una pared en la banda derecha entre Messi y Alves le bastó para desmontar a la defensa local y dejar solo al argentino. No dudó con un disparo raso para batir a Coupet. El 0-1 dejó en anécdota el prometedor arranque anterior del Atlético.

Y ahí, con ventaja en el marcador, el Barcelona, dueño absoluto del centro del campo, jugó con el balón. Con su precisa, y desquiciante para el rival, movilidad de la pelota vivió una transición plácida hacia el descanso, sólo alterada por un disparo aislado de Maniche.

No cambió el partido en el inicio de la segunda parte. El Atlético, sin opción, asumió su inferioridad, aún más cuando un centro de Daniel Alves por la derecha acabó en penalti. Lo cometió Heitinga por enésima vez este curso cuando Messi acudía a un remate cómodo para el 0-2. El argentino no falló la pena máxima.

Ese gol dejó al equipo rojiblanco, que además se quedó con un hombre menos por la expulsión del central, aún más impotente ante la precisión y el talento del Barcelona y provocó la bronca de buena parte del público, que incluso gritó durante unos segundos contra Javier Aguirre.

Sólo la entrada de Banega dio claridad al juego del equipo rojiblanco, aún sin demasiada brillantez, pero suficiente por lo menos para plantar algo de cara al conjunto azulgrana, sobre todo cuando Ujfalusi, que había entrado al campo minutos antes, dio esperanza al Atlético con el cabezazo del 1-2.

Era una ilusión ficticia. Desapareció con una genial jugada posterior de Messi, que tras regatear a tres rivales lanzó un disparo al larguero. En la siguiente acción firmó el 1-3. Eliminatoria cerrada.

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