Merecimientos vanos

Setenta minutos muy buenos no son suficientes si en tu camino se cruzan un rival con alma y un colegiado desalmado. El Lucena cedió su segundo empate de la temporada en casa ante un Écija que supo capear el temporal durante más de una hora para luego aprovechar su oportunidad. Ésta llegó cuando los celestes se quedaron con diez por la rigurosa expulsión de Romerito. Rigurosa no porque no fueran justas las dos amarillas que le mostró el murciano Navarro Fuentes, sino porque la disparidad en los criterios del árbitro lo convirtieron en centro de las iras de la parroquia lucentina. Dejó de señalar dos penaltis -uno de ellos clarísimo que pudo llevar de regalo algo más para el meta- en el área astigitana y minutos más tarde de la roja al central local miró para otro lado cuando Víctor Armero, que ya tenía una amarilla, cortó una contra con una falta. Un cúmulo de errores, todos contra el cuadro de Falete, que no tienen por qué restar mérito al Écija y su técnico, un Manolo Zúñiga que se la jugó con los pequeñitos mediada la segunda mitad para reventar el choque y se encontró con un punto que le permite seguir un paso por delante en la tabla.

A pesar de lo que uno pueda llegar a pensar nublado por los resultados, este Lucena tiene un serio problema. Le cuesta un mundo cerrar los partidos. Exceptuando el choque ante el Alcalá (5-0), en el que los celestes rozaron el 100% de efectividad, el caudal de juego desplegado por la banda de Falete ha merecido -y merece- un premio mayor en casi todas las citas. Sin necesidad de tirar de hemeroteca, el fin de la buena racha en Lepe se produjo la pasada semana por los fallos en la finalización, algo que ayer se multiplicó por mil para mantener con vida a un Écija que no es un cualquiera. Y cuando las porterías se hacen tan pequeñas...

El partido comenzó movido. El Écija, fiel al estilo de juego de Manolo Zúñiga y siguiendo la estela dejada hace sólo unos meses por Hristo Vidakovic, quería mandar. Pero se encontró con un hueso duro de roer. Tras los típicos minutos de tanteo, el Lucena se hizo con las riendas de la batalla y empezó a acumular ocasiones muy pronto. Dani Lanza y, sobre todo, José Manuel, pusieron en apuros a Thorices antes del cuarto de hora, con especial hincapié el segundo, que mandó fuera una dejada de Romerito solo ante el meta.

El choque era totalmente celeste. Ese puntito de intensidad extra que suelen meter los celestes a sus citas como locales dejó sin alternativas a su rival. Sólo quedaba esperar que el temporal pasara dejando las mínimas consecuencias. Y los daños fueron mínimos porque el colegiado echó más de una mano. Dani Lanza y Thorices fueron los protagonistas en dos jugadas decisivas en el área astigitana. En la primera, el cancerbero se llevó por delante al extremo lucentino después de que éste tocara el balón con la cabeza en el punto de penalti; en la segunda, el cordobés puso de su parte, pero hubo contacto en el área. Dos penaltis de libro que se fueron al limbo porque el colegiado murciano echó la cara para otro lado.

Del Écija, la única noticia ofensiva en todo el primer periodo fue un remate del gigantón Juan Pablo tras un envío de Jonan García. Demasiado poco como para irse al intermedio con un buen resultado. Eso sí, el 1-0 no llegó hasta el mismo límite. Esta vez se cambiaron los papeles y fue Pineda el que se vistió de asistente para ponerle medio gol a un Dani Lanza que puso el otro medio. Incluso, el daño para los azulinos pudo ser aún mayor si el árbitro, otra vez el árbitro, hubiera visto cómo Portela sacaba a pasear el codo para dejar un recado en el rostro del menor de los Lanza cuando éste iba directo hacia la portería.

Estaba claro que si el Écija quería pescar algo de tierras aracelitanas tenía que dar un paso adelante. Y así se lo hizo ver su técnico en el vestuario. La segunda mitad tuvo un decorado totalmente diferente. Los visitantes pasaron a mandar a un rival que dio el paso atrás en busca de una ocasión para sentenciar al contragolpe. El guión era bueno. Y hasta el minuto 70 todo transcurrió con normalidad. Los locales, bien plantados en su parcela, no sufrieron el más mínimo agobio ante un equipo que por fin se sentía cómodo, ya con el balón en los pies. Pero aún la faltaba algo más. Y eso se lo dio el banquillo con dos cambios determinantes. Sobre todo la entrada de Bello por Juan Pablo. Adiós a la referencia, bienvenida la libertad de movimientos. Con el recién ingresado, Víctor Armero y, sobre todo, Pizarraya, a la zaga local le tocó sufrir de lo lindo. Más aún cuando Romerito se fue a la calle con su segunda amarilla en una falta que cedió todos los focos a un hasta entonces desaparecido Cristian Escudero.

El meta celeste justificó el interés de grandes como el Sevilla con una buena parada en un libre indirecto botado por Óscar y el posterior rechazo de Armero. Pero ya nada pudo hacer en el córner posterior. Jonan García la puso larga, al segundo palo, y Óscar la llevó a la red. El gol fue un palo durísimo para el Lucena. Físicamente porque con un jugador menos le tocó sufrir las acometidas finales de la escuadra sevillana y psicológicamente por ver cómo su enemigo obtenía una valiosa recompensa con apenas un par de llegadas. El Écija se percató de la nueva dimensión en la que había entrado el encuentro y se fue a por la victoria. La tuvo en sus pies Pizarraya, más rápido que su par para plantarse solo ante Escudero, que le aguantó en pie, sin vencerse, para atajar sin problemas el intento de vaselina del atacante visitante. Hubiera sido un final demasiado cruel para un equipo que, pese a todo, sigue cumpliendo de sobra con sus expectativas.

ÁRBITRO: Navarro Fuentes (murciano).

TARJETAS: Amarillas Pineda (15'), Víctor Armero (41') y Jony Lomas (66'). Rojas Romerito (47' y 73').

GOLES 1-0 (42') Dani Lanza. Pineda se adentra en el área y mete un pase interior a Dani Lanza, que dispara lejos del alcance de Thorices. 1-1 (74') Óscar. Jonan García saca un córner y Óscar, libre de marca en el segundo palo lleva el balón a la red con un cabezazo en plancha.

Incidencias: Partido disputado en el Nuevo Municipal de Lucena ante unos 2.200 espectadores. José Luis Barrios, ex jugador de ambos equipos, hizo el saque de honor.