El Lyon despedaza el proyecto blanco

Fútbol l Liga de Campeones

Un gol de Pjanic dio la clasificación al conjunto francés tras adelantar Cristiano Ronaldo a un Real Madrid fatigado

Cristiano Ronaldo hace un gesto de desesperación tras el gol del Olympique de Lyon.
Cristiano Ronaldo hace un gesto de desesperación tras el gol del Olympique de Lyon.
Roberto Morales (Efe) / Madrid

11 de marzo 2010 - 05:02

El Olympique de Lyon asestó el castigo más duro al Real Madrid, apearlo por sexta temporada consecutiva de la Liga de Campeones en octavos de final (1-1), en un año doloroso por los 250 millones de euros invertidos por Florentino Pérez en un proyecto que tenía la final del Bernabéu como reto.

El conjunto blanco firmó un nuevo fracaso en Europa. Manuel Pellegrini está sentenciado para el presidente merengue. Las consecuencias de una eliminatoria en la que el Real Madrid sólo fue superior en 45 de los 180 minutos están por llegar, pero la directiva comenzará a trabajar en la búsqueda de un técnico para la próxima temporada. La incredulidad acabó apoderándose de un Bernabéu engalanado para una noche especial.

El mismo día que se cumplían seis años de pérdida de prestigio en el viejo continente, sin pasar la barrera de octavos, cuando se esperaba un golpe en la mesa del Real Madrid, la maldición creció.

El técnico chileno alineó el once que todo madridista deseaba. Aparcó sus inventos de la ida y apostó por la versión más ofensiva de un equipo anclado a Guti. Con movimientos de todos los jugadores de ataque por delante de él, su imaginación guió al cuadro merengue en una buena primera parte. Cada jugada pasó por el capitán. Más enchufado que nunca para desatar un fútbol eléctrico que minimizó al Lyon. Pero el equipo aguantó lo que permitió su físico.

A la heroica, sin un segundo de respiro, el Madrid arrinconó al Lyon. Pedía respeto el conjunto galo cuando sacaba fruto de su presión sobre Lass, pero no encontraba la forma de frenar a Guti. Desde el lugar donde habitualmente construye Xabi Alonso, lanzó un pase en profundidad al desmarque de Cristiano Ronaldo, que marcó con un zurdazo que se coló bajo las piernas del meta francés.

En cinco minutos se había enterrado la pésima imagen de Lyon e igualaba la eliminatoria, y no había forma de frenar las oleadas blancas. Kaká, algo más enchufado, se volvió a topar con Lloris en un disparo precedido de dos recortes. Cristiano Ronaldo rozó el larguero con un testarazo tras un córner e Higuaín comenzó a probar suerte con un tiro desde la frontal.

La velocidad de Govou y Chelo Delgado a la contra eran el peligro del Lyon, que aumentaba por el despliegue ofensivo de Sergio Ramos y Arbeloa. Lo intentó Toulalan, pero su disparo con rosca desde la frontal se marchó desviado y un minuto después, en el 19, una rápida salida de Casillas evitó el peligro. Mientras, en la otra área todo seguía igual. Un pase en profundidad de Granero dejó solo a Higuaín ante Lloris. Lo regateó bien y con todo a su favor perdonó lo imperdonable. Chutó al palo y se vino abajo. El fallo provocó que en plena oleada blanca fuese egoísta en una acción, con Cristiano Ronaldo solo para marcar, y buscase el disparo que sacó abajo el meta galo.

Arrancó la segunda mitad y el Real Madrid se desenchufó. Como si le faltase energía. La entrada de Kallstrom y Gonalons cambió el choque. A los 52 minutos Govou chutaba desviado con todo a placer. Casillas comenzaba a intervenir. Mala señal. Temía lo peor. Salvó un disparo de Lisandro cuando sobrevolaban el Bernabéu los fantasmas de un pasado reciente. Perdía fuelle Guti y el Real Madrid se ahogaba. Pendía del desequilibrio de su estrella portuguesa, cada minuto más desesperado por no encontrar premio a su buen partido.

El dominio territorial era del Lyon. Casillas volvió a intervenir a una falta de Pjanic y nada pudo hacer cuando el bosnio le fusiló, culminando una jugada de equipo a 15 minutos del final. Enmudeció el Bernabéu. La maldición se ampliaba. De nada sirvieron los intentos a la desesperada. El cambio incomprensible de Pellegrini, Mahamadou Diarra por Arbeloa, alejado de una remontada épica, fue pitado y los galos perdonaron dos veces en sendos mano a mano de Lisandro López y Chelo Delgado.

Desolación blanca en una de esas noches negras que dejan retratados a los protagonistas. El peor parado será Manuel Pellegrini, el escudo de todos.

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