Luz al final del camino
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Pese a sumar su novena derrota seguida, el Córdoba sale reforzado de Anoeta por el cambio de actitud y su mejoría en el juego El grupo, seguro de que aún peleará por la permanencia
"Que nadie piense que vamos a descender mañana, vamos a pelear hasta el final". Con ese sentimiento, cargado de rabia por los perjuicios arbitrales causados por la actuación de Velasco Carballo, apareció ayer la expedición del Córdoba por El Arcángel, donde se ejercitó suavemente tras el largo viaje en autocar desde San Sebastián. A pesar de encadenar en Anoeta su novena derrota consecutiva, el conjunto blanquiverde salió reforzado moralmente del duelo ante la Real Sociedad. El cambio de actitud mostrado sobre el verde y la mejoría en el juego, a pesar de estar desde el minuto 6 en inferioridad numérica y no poder mostrar todo el planteamiento preparado por José Antonio Romero durante la semana, son los asideros a los que se agarra el vestuario para mantener viva la llama de la ilusión por la permanencia. A nadie se le escapa que con apenas diez jornadas para la finalización del campeonato y con la obligación de recortar una diferencia de siete puntos, la situación es más que complicada, pero no imposible, por mucho que todas las estadísticas indiquen que el equipo tiene ya los dos pies en Segunda División.
Con la resaca aún sin digerir del duro revés, por cómo se produjo, y tras engullirse mil kilómetros en un asiento de autocar, los jugadores realizaron un entrenamiento light antes de disfrutar hoy de su jornada de descanso para volver mañana al trabajo. A pesar del parón liguero -la competición se reanudará, ya en abril, con el Córdoba-Atlético del sábado 4 (El Arcángel, 18:00)-, José Antonio Romero apenas dará, llegado el caso, el fin de semana libre a sus hombres. El técnico no quiere regalar ni un segundo a la tarea que se le ha encomendado, y que comenzó a verse el domingo en la capital guipuzcoana. A pesar de acumular apenas cuatro entrenamientos, el equipo mostró en Anoeta una cara muy diferente a la de citas recientes, se mostró competitivo y comprometido, y peleó ante todos los elementos -el rival y el árbitro- para acariciar un punto que se le fue en el tramo final. Sin embargo, a ese impulso es al que se agarra la plantilla para seguir soñando con la salvación o, al menos, para vender cara su caída, para llegado el caso morir de pie y dando la cara, que es algo que se estaba empezando a echar de menos en los últimos encuentros.
Cierto es que convencer a los más incrédulos sólo será posible cuando por fin se rompa la negativa racha que acumula el Córdoba desde que comenzó la segunda vuelta. El empate del Eibar en Los Cármenes de Granada el pasado sábado deja al conjunto cordobesista a la cola también en la particular clasificación desde que el campeonato viró, siendo el único que aún no ha sumado punto alguno. Un dato que refuerza su situación en la tabla, donde es colista con apenas 18 puntos, a siete de la permanencia. Nueve derrotas consecutivas que convierten a los blanquiverdes en el sexto equipo en enlazar una serie similar en la historia de la máxima categoría.
Esta última estadística es demoledora, sobre todo porque los cinco anteriores terminaron perdiendo la categoría por la vía rápida, cuatro de ellos como farolillo rojo y uno desde la penúltima posición. Pero también es verdad que ninguno lo hizo con una liga como la actual. El que más se asemeja es el Logroñés, que en el curso 96-97 -la segundo que otorgaba tres puntos por victoria- acumuló nueve derrotas para terminar sumando 33 puntos insuficientes en una competición con 22 equipos. También engarzó la misma serie que ahora tiene el Córdoba la Real Sociedad en la lejana campaña 41-42, en la que fue el peor de los 14 conjuntos en liza. Un paso más dieron el Sporting de la 53-54 y el Alcoyano de la 50-51 -el único que no terminó último-, aunque el récord lo ostenta Las Palmas de la temporada 59-60 con once tropiezos consecutivos. Sin embargo, como todo no va a ser negativa, hay que reseñar que todos ellos rompieron sus malas rachas con un triunfo delante de su público. Y de esa manera, y ante el campeón vigente, arrancará el próximo mes de abril el cuadro blanquiverde su último sprint para tratar de salvar la temporada, con el vestuario seguro de que todavía tiene mucho que decir en una campaña que aún no ha escrito sus capítulos finales.
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