Rafael Lozano viajará a Italia en busca del cinturón de campeón del peso mosca de la Unión Europea. Así lo ha decidido la Unión Europea de Boxeo (EBU), que la semana pasada otorgó a la ciudad toscana de Grosseto la pelea que el 29 de abril enfrentará al cordobés con el transalpino Giuseppe Laganá.
La opción de tener que viajar a Italia era la más probable, después de que la EBU otorgara los derechos del combate a la promotora italiana Rosanna Conti Cavini. Sin embargo, tras una segunda subasta no se había fijado ni fecha ni escenario para la velada, lo que abrió las puertas a España. El propio Lozano sondeó la opción de que el combate se organizara en Estepona, pero dificultades económicas y la cercanía de las elecciones municipales (que ata de pies y manos la mayoría de operaciones públicas en estos meses) hizo que esa idea fuera desechada. Finalmente, el 28 de febrero se otorgó la velada a Grosseto, una pequeña localidad de 75.000 habitantes con cierta tradición pugilística, pues su pabellón, el Palasport de la Via Austria, ha sido escenario de numerosos combates con títulos en juego.
Así, Italia será testigo de un nuevo asalto de Lozano a un título internacional. En 2007 el cordobés estuvo oficialmente anunciado como rival del italiano Andrea Sarritzu para el combate por el título europeo del peso mosca que debió disputarse en Milán, pero un movimiento de los promotores descabalgó al español del cartel. Ahora, tres años y medio después, vuelve a tener su oportunidad.
Será un duelo de veteranos entre los 40 años del Balita (con un balance oficial de 25-3-0 como profesional) y Laganá, que a sus 37 años ostenta un récord de 24-9-1. Lozano no pelea desde el pasado mes de noviembre, cuando conquistó el título nacional minimosca ante el catalán Jordi Gallart, mientras que el transalpino lleva exactamente un año sin competir, aunque su fichaje el pasado mes de septiembre por la promotora Conti Cavini ha revitalizado una carrera que amenazaba con extinguirse.
El púgil de San Pedro continúa en Madrid, compatibilizando sus entrenamientos con el trabajo en el COE, y asume que "era lo más normal, así que habrá que ir a Italia para traerse algo grande". Además, la fecha es la idónea para Lozano, ya que tras la orquitis sufrida hace tres semanas -estuvo ingresado tres días en el hospital Gregorio Marañón- tendrá tiempo suficiente para preparar el combate adecuadamente. "Quedan nueve semanas, y eso es una eternidad", dice el boxeador, que ayer mismo se realizó unas pruebas médicas y unos tests de esfuerzo para constatar que su cuerpo se ha recuperado por completo de la infección bacteriana que le tuvo fuera de combate. "Quiero saber cómo estoy y tener una recuperación completa, porque no se puede exponer la salud", indica, aunque con la confianza en que "no haya ningún problema, porque por el momento los médicos no me han dicho nada".
Lozano venía haciendo una base de entrenamientos técnicos y ahora lo compatibilizará con trabajo físico de musculación y guanteo. "Espero que la salud me respete y pueda seguir con la misma motivación que nos llevó al Nacional", dice Lozano, que ya prepara el desembarco en Italia para hacerse con el título de la Unión Europea.
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