Marcar tres goles fuera de casa y no ganar siempre es sinónimo de un mal partido. Ayer el Córdoba estuvo brillante en ataque, aprovechando casi al cien por cien sus ocasiones, pero el problema estuvo atrás, donde los errores se acumularon para impedir la victoria.

Las bajas no impidieron a Oltra respetar su habitual 4-4-2, aunque la titularidad de Raúl de Tomás, con molestias durante la semana, dejó bien claro que Jean Paul Pineda cuenta bastante poco en este Córdoba. De salida, el juego directo le bastó al conjunto blanquiverde para adelantarse, porque la zaga del Alcorcón tampoco tuvo precisamente su mejor día. Pero llegaron entonces los errores atrás y el conjunto alfarero sacó provecho de la pasividad de la zaga blanquiverde, a la que le remataron los seis saques de esquina que lanzó el rival. Si a eso se suma un penalti absurdo de Víctor Pérez, la victoria se antoja imposible.

En el segundo acto reaccionó el Córdoba como mejor sabe, golpeando con verticalidad. Ahí, al equipo cordobesista se le vio sereno durante muchos minutos e incluso hubo opciones de rematar al rival. Pero en el tramo final volvieron las dudas atrás que, sumadas a un error del asistente en el gol de David Rodríguez, privaron de la victoria a un Córdoba bipolar, tan letal en ataque como cándido en defensa.