Javi Flores se marchita

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El canterano atraviesa su etapa más gris del curso tras su incidente con las botas y quedarse sin jugar en las dos últimas salidas · Su eclosión, en la primera vuelta, se produjo en esta misma fase del calendario

Javi Flores se pone un peto mientras Luna Eslava supervisa un entrenamiento en El Arcángel.
Javi Flores se pone un peto mientras Luna Eslava supervisa un entrenamiento en El Arcángel.
Raúl Díaz / Córdoba

06 de marzo 2009 - 05:02

Algo pasa con Javi Flores. Básicamente, que ya no juega; o, al menos, no con la asiduidad de antes. El canterano, que sólo se ha perdido cinco partidos en toda la Liga, se ha visto relegado en los tres últimos: no disputó un solo minuto en los dos desplazamientos (Sevilla Atlético y Girona), y en el anterior encuentro en casa vivió su particular affaire con las botas, cuando estuvo cerca de cinco minutos fuera del terreno de juego y el Xerez aprovechó la confusión para encarrilar el derbi con el penalti que originó la expulsión de Gaspar y el 0-1. Flores ha perdido el sitio, precisamente, en la misma fase del calendario que lo encumbró en la primera vuelta.

El director deportivo del Córdoba, Javier Zubillaga, ejerció de profeta en una entrevista concedida a El Día el 5 de febrero, hace ahora un mes: "¿Qué ha hecho Javi Flores? Si tiene ese potencial, estamos esperándolo. La afición y todo el mundo. Los partidos se juegan en 90 minutos, no se juegan a ratos". Fueron unas palabras duras, directas. Pero, visto lo visto, el riojano tenía razón. Al menos, de momento.

La pasada campaña fue un calvario para un jugador que había exhibido su talento durante los dos años en Segunda B. Javi se fracturó el quinto metatarsiano del pie izquierdo en pretemporada, y recayó meses después. Así, no pudo debutar hasta la vigesimonovena jornada, en Salamanca. Una semana después, se estrenó como futbolista de Segunda en El Arcángel ante el Alavés. Y desapareció del mapa. Paco Jémez no contó con él en su última oportunidad, contra el Hércules, y José González optó por jugarse la permanencia con los hombres más contrastados. El gaditano no vio conveniente que el cordobés, falto de ritmo, asumiera tanta responsabilidad en el momento culminante del campeonato.

El de Fátima renovó su ilusión el pasado verano. José confió en él desde el principio y le dio la titularidad en los dos primeros compromisos de la Liga 08-09, frente al Hércules y el Alavés. Tras sendas derrotas, el técnico, desencantado con las prestaciones de Flores como mediocentro, recurrió a la pareja Carpintero-Ito: más empaque y experiencia, menos calidad y riesgo. El número 21 no saltó al césped en la tercera jornada, ante el Sevilla Atlético. Sólo calentó.

Su suerte cambió en el siguiente envite. El cúmulo de bajas llevó a José a tomar una determinación que muchos reclamaban: situar a Javi Flores como mediapunta de su sistema táctico 4-2-3-1, por detrás del único delantero. Con libertad de movimientos. En una acción genial, el flamante enganche cayó a la izquierda, engañó a Redondo con una bicicleta magnífica y provocó el penalti que dio la victoria al Córdoba en Chapín, un fortín en toda regla. "Si tengo que hacerlo de mediocentro o mediapunta, me da igual; lo que quiero es jugar", dijo días después.

Llegó el sábado y anotó -es su único tanto hasta la fecha- el 2-0 definitivo contra el Girona en otra jugada individual fabulosa. Partiendo desde el banquillo, eso sí. "Tenía muchísimas ganas de marcar, y aquí en el estadio, con toda mi peña y ante la afición... No hay palabras. Ha sido muy bonito", desveló. A renglón seguido, dio a Asen la asistencia del 1-1 arrancado en Castalia. Estaba en su mejor momento. Recibía elogios en todos los foros.

A partir de entonces, nada ha sido igual. Ha dejado chispazos, pero sin alcanzar ese punto de desequilibrio que marca diferencias. Y no se puede decir que no haya gozado de oportunidades, ya que es el séptimo integrante del Córdoba más utilizado: 1.476 minutos, repartidos en 21 de las 26 jornadas (17 de ellas como titular).

Luna Eslava le dio galones desde su llegada y se asentó en el once como mediapunta, bien con el esporádico dibujo 4-4-2, bien con el más habitual 4-2-3-1. Hasta que se produjo una acción fatídica, quizá el comienzo de su declive: Miranda Torres le mostró la segunda amarilla por simular un penalti ante López Vallejo, meta del Zaragoza. Su ausencia en Murcia coincidió con el estreno de Natalio, que en los últimos partidos se ha ganado la vitola de estrella del equipo que él tuvo un día no muy lejano: en este mismo tramo de la primera vuelta.

En el mes reciente ha ido acumulando decepciones: a la suplencia -sin disfrutar de un solo minuto- en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios y en Montilivi hay que unir sus desafortunadas actuaciones en casa, a pesar de posar en la foto inicial: contra el Alavés lanzó un gran disparo al palo y su sustitución por Asen coincidió con el delirio (goles de Yordi y el propio Asen al borde de la conclusión), y ante el Xerez, en un choque que había levantado una gran expectación, toda España pudo asistir a través de Canal Plus al dichoso desenlace que tuvo su origen en una mala elección de las botas.

Javi Flores ya no es el niño mimado al que todos ríen las gracias. En febrero cumplió 23 años, es uno más y está acusando un bache. Ha llegado la hora de que dé el paso al frente propio de un líder. Porque, como subrayó Zubillaga, "si es ese jugador que todo el mundo espera, tienes el ejemplo de Messi en el Barcelona: cuando las cosas no van bien, se echa el equipo al hombro. Los grandes jugadores aparecen en los momentos importantes. Y ahora es un momento importante para el Córdoba".

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