El Real Madrid solventó con solidez y calidad el partido disputado en Phoenix frente a Los Angeles Galaxy, en el que Isco puso la magia y Benzema dos de los tres goles de los de Carlo Ancelotti.
Los Galaxy, campeones de la Liga estadounidense en las últimas dos ediciones se lo tomaron en serio y en el arranque llegaron con peligro a la portería de Diego López en un par de ocasiones.
Tras esos instantes de incertidumbre, el conjunto de Ancelotti se rehizo con Cristiano Ronaldo volcado por la izquierda, si bien el peligro se acentuaba cuando éste se acercaba más al área para aprovechar las internadas de Di María por el extremo derecho.
Así llegó la primera ocasión del Madrid, en forma de cabezazo de Cristiano que se fue al travesaño, y su primer gol, que nació de un brillante pase de Isco desde la medular, controlado con clase por Ronaldo para asistir a Di María, que empleó la zurda para levantar el balón por encima de Rowe.
La asociación entre Isco, Modric, Di María y Ronaldo, repleta de calidad y fantasía, fue sin duda lo mejor de los primeros 45 minutos ante unos Galaxy cuya mejor oportunidad llegó con una falta lanzada por Juninho que se fue al lateral de la red.
Isco estuvo muy cómodo en el campo y preciso a la hora de encontrar a sus compañeros. Kaká, no obstante, apenas contribuyó al juego a pesar de jugar en punta acompañando a Ronaldo.
Tras el descanso se produjeron numerosos cambios, especialmente por parte de los norteamericanos, y con la entrada de Benzema en la punta del ataque madridista sustituyendo a Ronaldo.
El francés no tardó en subir el segundo tanto al marcador tras controlar de primeras un fantástico pase con el exterior del pie derecho de Isco, que acabó por cruzar de forma letal.
El andaluz volvió a arrancar los aplausos regateando a tres defensas en la frontal y exigiendo a Rowe bajo palos, si bien los flashes se los llevó el deslumbrante tanto que firmó José Villarreal, que envió al fondo de las mallas un balón cruzado con la izquierda.
La respuesta blanca no se hizo esperar. Morata conectó con Di María y el argentino puso un balón cómodo a Benzema para que éste concretase de cabeza plácidamente.
Los Galaxy terminaron por acercarse tímidamente al arco madridista, pero los últimos compases se convirtieron en un recital de toque y control de los merengues, con dominio de Ozil y destellos de Morata.
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