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Guerrera y entusiasta

  • La roquetera Carmen Martín forma parte de la selección de balonmano

Carmen Martín posa sentada en el Paseo Marítimo en las playas de su Roquetas natal.

Carmen Martín posa sentada en el Paseo Marítimo en las playas de su Roquetas natal. / rafael gonzález

La temporada 2015-16 va a ser inolvidable para Carmen Martín. Por lo bueno y por lo malo. Comencemos por las cosas buenas. La extremo derecha roquetera del CSM Bucarest sumó para sus vitrinas el triplete de Liga, Copa y Champions. Parece imposible ponerle un pero a esta cosecha, aunque lo tiene. El martes 16 de agosto, un escalofrío recorrió las espaldas de la afición española a 26 segundos del final del tiempo reglamentario de los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río. Las Guerreras, entre las que se encontraba Carmen, se fueron al descanso con un 12-5 a favor. Pero hubo debacle en la segunda parte, que se consumó en la prórroga y Francia ganó 26-27 en un final agónico, con tiro al palo de España incluido. Una triste derrota que se repitió el sábado en el Europeo de Suecia, con el gol del triunfo galo sobre la bocina y a puerta vacía.

Lágrimas en la roquetera, las mismas que derramó cuatro años antes y no por el bronce que se colgó al cuello, sino porque en uno de los partidos de la fase de grupos ante Suecia se rompió el ligamento lateral interno. Pese a todo, la roquetera puede presumir de formar parte de un equipo de Guerreras al que ama la afición española. "Estaba como en una nube antes de llegar a Río. Es una competición muy especial y tenía muchísimas ganas de vivirla. Unos Juegos Olímpicos no es ganar una medalla, es venir y disputarlos", asegura la zurda que ha vivido una segunda experiencia inolvidable: "Vas reconociendo a gente por la Villa Olímpica y te hace ilusión, te gusta hacerte alguna foto. Yo tuve la oportunidad de hacerme una con Djokovic".

Para llegar hasta estas cotas, Carmen tuvo que desollarse las rodillas en sus inicios en el duro cemento del CEIP Llanos de Marín, donde comenzó a jugar. Años después, con el CB Roquetas, iba a debutar en División de Honor y ya se vislumbraba un proyecto de la campeona que hoy es. "No me imaginaba ni llegar a la selección. ¡Ni sabía que existía! Yo jugaba en Roquetas tan a gusto y tan contenta. No lo había pensando en ningún momento, pero hoy día estoy muy agradecida por formar parte de este equipo".

Dos conjuntos punteros de la Liga ABF, Mar de Alicante e Itxako, fueron sus siguientes destinos La temporada 2010-11, con la roquetera en sus filas, fue la más exitosa de la historia del club navarro. Se proclamó campeón de la Supercopa de España, deó la Copa de la Reina y volvió a conquistar la Liga ABF.

En 2012 y 2013, años de sus lesiones en hombro y rodilla, jugó en Eslovenia en el Krim Mercator. Sin embargo, la falta de continuidad le hizo regresar a España, al Mecalia Atlético Guardés gallego, donde volvió a firmar unos números increíbles: 35 goles en diez partidos. El segundo tren que debía coger pasó por la puerta de su casa y se subió con dirección a Bucarest.

Su segundo año en tierras rumanas ha sido espectacular. "Claro que todos soñamos con algo así, pero no pensaba que pudiera ocurrir", indica una Carmen Martín que no se achantó cuando en la final de la Liga de Campeones se vio en la pista ante diez mil espectadores. "Una vez que empieza el partido se acaba todo y no piensas en la gente que hay". Una Guerrera de los pies a la cabeza.

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