Juegos Olímpicos
  • La baenense afronta su tercera participación olímpica con la mira puesta en el podio de foso olímpico y una segunda bala en la prueba mixta

Fátima Gálvez: "Quiero una medalla en Tokio, he trabajado muchísimo para lograrla"

Fátima Gálvez posa con su arma, con la que buscará la medalla olímpica en Tokio. Fátima Gálvez posa con su arma, con la que buscará la medalla olímpica en Tokio.

Fátima Gálvez posa con su arma, con la que buscará la medalla olímpica en Tokio.

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Cinco años después de rozar la medalla en Río 2016, con aquella meritoria aunque amarga cuarta posición, Fátima Gálvez (Baena, 1987) vuelve a unos Juegos Olímpicos para intentar de nuevo el asalto al podio. La baenense ha completado un ciclo olímpico de sobresaliente, aunque unos desajustes de última hora en la culata de su arma le han impedido brillar en las últimas pruebas internacionales previas al viaje a Tokio. Una vez solventados, Fátima Gálvez viaja con mentalidad ganadora para regresar a casa con el metal que le falta para completar un palmarés de ensueño.

-Cinco años esperando esta cita. ¿Es la prueba que afronta con más ganas de toda su carrera?

-Por supuesto. Para los deportistas, los Juegos Olímpicos son lo máximo, es una competición para la que esperas cuatro años, y hasta cinco esta vez, y estás deseando de que llegue para darlo todo.

-Ya cuenta con dos experiencias previas, Londres y Río, ¿servirán de ayuda para ir más calmada?

-Es algo que me tranquiliza bastante. El saber lo que te encontrarás, el cómo funciona una villa olímpica… y en la competición, el tener dos Juegos Olímpicos ya a mis espaldas espero que marque una diferencia respecto a las chicas que se estrenan.

-Después de ser quinta en Londres y cuarta en Río, es el momento de atacar el podio.

-Yo quiero una medalla en Tokio, he trabajado muchísimo para lograrla y la única pega que tengo es que me estoy encontrando estos problemas con el arma en el último momento, porque he hecho una temporada extraordinaria, y el tener ahora un problema con la culata no me está ayudando. Pero espero arreglar eso y retomar la confianza.

-Lo que sí conviene recordar, para el aficionado menos especialista, es lo complicado que es ganar una medalla en una disciplina tan cambiante como la suya.

-La verdad es que no sabría muy bien cómo explicar el tiro. Es tan psicológico y mental, tan técnico, que es uno de los deportes más difíciles que hay. La parte mental es la que te puede jugar las peores pasadas en los momentos más decisivos. Cuando estás bien, descansas y tienes las herramientas oportunas, es fácil que te vaya bien. Pero aún así, cualquier problema en casa, cualquier dificultad, te repercute y te afecta de un día para otro. Cualquier problema te puede llevar de ser el campeón a no entrar ni siquiera en la final.

"El tiro es tan psicológico y mental, tan técnico, que es uno de los deportes más difíciles que hay"

-Para evitar eso, es importante el trabajo psicológico y usted lo ha reforzado.

-Yo no había trabajado antes la parte psicológica, al menos con profesionales, porque lo había hecho desde una parte más personal. A raíz de empezar a trabajar con una psicóloga, eso me ha ayudado mucho. En mi caso, me ha servido para remontar situaciones complejas en competiciones, para sacar resultados cuando en condiciones normales no habría sido capaz por estar agotada. Me ha dado unas herramientas para mejorar en confianza, remontar situaciones y acercarme a mis objetivos.

-¿Cómo es un día de competición en un deporte tan técnico? Imagino que cada detalle cuenta.

-Es una rutina desde que te levantas hasta que te marchas del campo de tiro. Lo que hacemos de forma rutinaria nos evita distracciones, así que yo desde que llego al campo de tiro hasta que me marcho, repito unas pautas. Suelo estar activa desde dos horas antes, escucho música y hago un calentamiento previo físico y técnico fuera del campo. Una vez en el campo, se trata de mantener el control, la calma y concentrarte en el plato. A partir de ahí, los resultados van saliendo por sí solos.

-¿Cómo espera los Juegos del coronavirus? ¿Cree que les estropeará la experiencia?

-Bueno, recuerdo que en Río 2016 teníamos el miedo por el virus zika y también fuimos un poco paranoicos con ese asunto. Supongo que será similar, aunque teniendo en cuenta el carácter de los japoneses, seguramente habrá una máxima seguridad y control. Por lo demás, no espero grandes cambios. Lo importante es que los resultados salgan a la perfección y en ese sentido voy tranquila.

-Además de la prueba individual, competirá en el mixto junto a Alberto Fernández. Supongo que el tener dos opciones de medalla le resta algo de presión.

-Por supuesto. La presión está, en ambas modalidades. Alberto y yo hemos hablado muchas veces que queremos conseguir tres medallas, cada uno en la prueba individual y luego la del equipo mixto. En el equipo más todavía si cabe, porque desde que empezamos con esta prueba, Alberto y yo hemos sacado muy buenos resultados. En este último año y medio se ha visto reflejado el trabajo que venimos haciendo. Pero es verdad que para ambos la prueba primordial es la individual. Sí que valoramos el no tener que jugarnos en una sola prueba tantos años de trabajo, si tienes un mal día siempre quedará pelear en la prueba mixta.

-¿Espera muchas sorpresas entre las rivales por las medallas?

-Yo creo que sí, que las habrá, y espero ser yo (risas).

-Pero eso no sería una sorpresa para nadie...

-También es cierto… pero sí, habrá sorpresas porque al final hay muchas chicas nuevas. En Rusia, por ejemplo, está Daria Semianova, que ganó hace poco el Europeo. Es portentosa, muy joven pero con esa frialdad tan característica de los soviéticos. Ese saber estar en la cancha le puede ayudar mucho a estar en la pelea. Hay un grupo de tiradoras que no tienen nadar que perder y eso les da muchas opciones de poder estar ahí en la pelea por ganar. No tienen la presión que podemos tener otras y a eso hay que sumarle que son unos Juegos Olímpicos, una prueba en la que te puedes esperar cualquier cosa.

"Hay un grupo de tiradoras que no tienen nadar que perder y eso les da muchas opciones de poder estar ahí en la pelea por ganar"

-Junto a Julia Figueroa, son las dos únicas cordobesas que compiten en Tokio. Imagino que supone un orgullo.

-La verdad es que es un privilegio, no creo que sea casualidad y sí fruto del trabajo. Pero me alegra que Córdoba tenga algún tipo de representación en los Juegos. En mi caso, creo que el valor que tiene es que es un deporte en el que la edad de práctica se extiende más de lo normal, yo sigo ahí año tras año consiguiendo buenos resultados.

-La medalla olímpica sería el broche a un palmarés envidiable. ¿Cuántas veces se ha visto con ella colgada del cuello? ¿Ha pensado ya como la celebraría?

-Bueno, sí que tengo una promesa. Cuando me tatué los aros olímpicos fue por lo que me costó conseguir una plaza en los Juegos y si consiguiera ahora el premio de una medalla, remataría el tatuaje con una corona de laurel, que es otro icono de los Juegos. ¿Si me he imaginado tener la medalla colgada? Es una pregunta que me hacen mucho mis amigas y mi respuesta es siempre la misma: No me lo imagino. Visualizo casi cualquier situación de la competición para saber enfrentarme a ella pero no me veo aún montada en el podio, no sé qué haría si lo consigo, la verdad. Supongo que me volvería loca de contenta, buscando a mis compañeros para abrazarlos. Pero ese momento del podio… no soy capaz de imaginar lo bonito que sería. Es un objetivo que persigo desde hace mucho tiempo, es prácticamente el último título que me falta en el palmarés.

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