Esnáider defiende lo suyo

córdoba cf

El argentino, que sigue siendo entrenador del CCF "a todos los efectos", se persona con un notario para ocupar su puesto en una reunión frustrada para planificar la pretemporada

Esnáider habla con su abogado durante la visita ayer a las instalaciones de El Arcángel.
Esnáider habla con su abogado durante la visita ayer a las instalaciones de El Arcángel.
José Carlos León Córdoba

27 de junio 2013 - 05:02

Juan Esnáider cumplió su palabra y se presentó a las cinco de la tarde en el estadio para hacer algo tan sencillo como acudir a su puesto de trabajo. Porque el argentino sigue siendo a todos los efectos entrenador del CCF, ya que el club sólo le ha comunicado verbalmente que no cuenta con él para la próxima temporada, pero sin llegar a ningún acuerdo económico para romper el vínculo que les une hasta el 30 de junio de 2014. En ese contexto, una ausencia prolongada podría considerarse como un abandono del puesto, motivo suficiente para el despido procedente, algo que Esnáider quiso evitar con su presencia en una pantomima necesaria para espantar equívocos. Fue un capítulo más en la esperpéntica gestión del banquillo que está llevando la entidad, la misma que debe acabar llevando a Pablo Villa en el puesto, pero que por el camino está dejando algunas escenas sonrojantes.

El sol caía a plomo en El Arenal cuando llegaron a las oficinas el presidente Carlos González junto al consejero Andrés Delgado y el ya célebre Cándido. Instantes después lo hizo el asesor jurídico del club, Antonio Romero Campanero. Esnáider se personó junto con su segundo, Mauricio Elena, y el notario José Antonio Caballos Castilla para levantar acta de la reunión que había planteado junto a su grupo de colaboradores. El técnico contactó con el preparador físico Esaú Sánchez, con el recuperador Víctor Núñez, con el entrenador de porteros Jorge Ramírez o con el médico Javier Bejarano, pero el club les comunicó que estaban de vacaciones y que no debían acudir a ninguna cita. Pese a que ya tenía conocimiento de ello, Esnáider incidió en su deseo de acceder al vestuario. Andrés Delgado le mostró que las puertas estaban cerradas y que podía acceder por las oficinas, y aunque el argentino se negó de primeras, tras consultar telefónicamente con su abogado -algo que hizo continuamente durante la tarde-, aceptó.

Ya dentro de las instalaciones, Romero Campanero bajó para instarle a subir a las oficinas, indicando que "no nos consta" que hubiera fijada ninguna reunión en el vestuario. "Las llaves las tienen los de mantenimiento", apuntó Delgado, mientras Esnáider insistía en pasar "al sitio donde he trabajado todos los días que he pasado aquí". "No vine a eso", señaló el entrenador cuando le invitaron a citarse con el presidente, aunque finalmente accedió a mantener una conversación que apenas duró cinco minutos. Todo queda en manos de los abogados, como debía haber sido desde que el pasado 12 de junio fue comunicado al técnico que no seguiría al frente del equipo. Pero desde entonces no ha habido nada, ningún contacto entre las partes, ninguna oferta para llegar a un acuerdo de rescisión, ninguna negociación. Nada.

Por eso se presentó Esnáider, incómodo por una situación que "no me gusta", pero necesaria para "aclarar rumores y cosas que salieron en la prensa". El técnico recibió una comunicación del club en la que se ratificaba que a día de hoy era "entrenador del club a todos los efectos", por lo que decidió interrumpir sus vacaciones y volver a Córdoba "para planificar la pretemporada, porque si soy el entrenador, se supone que tengo que hacerlo".

Y es que el caso está en manos de los abogados, "pero quise que todo quedase bien claro para que no quedaran dudas". "Es falso que tenga otro club, porque entonces no estaría aquí. No tengo club y quiero respetar mi contrato y trabajar. Yo ahora me quedo sin trabajo y no quiero estar así", aseguró Esnáider, "y si hay otra gente que no piense así, ahí no puedo entrar". El caso es que puede quedar la sensación de que el argentino es el culpable de esta situación de parálisis, de un episodio que está retrasando la llegada de Villa al banquillo, "pero dudo que cualquiera que tenga un poco de sentido común y se ponga en mi sitio pueda tener ese pensamiento". "Tengo que cumplir con lo pactado. Si yo me fuese del club tendría que hacerme cargo de una cláusula, pero si es al contrario y es el club el que no quiere contar conmigo, pues tendrá que hacerse cargo", argumentó el técnico explicado con claridad cuál es la situación. "Quiero que se cumplan las cosas como corresponden, y si firmé por un año y dos meses y medio, que sea por eso", insistió en defensa de lo suyo, "aunque se sobreentiende que hay gente que no opina lo mismo y que no quiere contar conmigo, pero tendrá que hacerse cargo".

"No estoy despedido, pero es una situación incómoda. Venir, tratar de hacer una reunión y no poder hacerla es algo que me hace pensar, pero quiero continuar", arguyó el que, pese a todo, sigue siendo entrenador del Córdoba. "No es que quiera seguir, es que mi contrato indica que hasta que no me digan lo contrario por escrito, yo soy el entrenador", apostilló el argentino, quien aseguró que "esto no me gusta. Jamás me he ido mal de un equipo, pero si me tengo que ir espero hacerlo de la mejor manera posible. Esto no lo he vivido nunca".

La medida fue efectiva, porque nada más terminar la visita al estadio, desde el CCF se pusieron en contacto con los abogados de Esnáider para iniciar las conversaciones. "Tengo que cumplir los plazos y seguir lo que me aconsejan", arguyó el argentino, triste al ver cómo está acabando su breve historia en el Córdoba, "pero si quieren jugar de esta manera, pues tendremos que jugar".

stats