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Directo al bombo… pero de la lavadora

  • Decepción El Lucena cae con estrépito ante un rival tremendamente superior y pierde la opción de medirse a un Primera Irregular Los celestes, en la misma línea de la Liga

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité castellano-manchego), que expulsó en el 110 de la prórroga a Gaspar por doble amarilla, mientras que amonestó a los locales Juanjo, Pablo Ruiz, Lanzarote y Gato, así como a los blanquiverdes Tena, Fede, Javi Cabezas, López Garai y Ayina

Tarjetas: Amarillas Juanjo, Pablo Ruiz, Lanza y Gato; Tena, Fede Vico, Javi Cabezas, López Garai, John Ayina y Gaspar, en dos ocasiones (expulsado en el 110').

goles 0-1 (97') Pablo Ruiz, en propia puerta. Fede Vico progresa por la izquierda y su centro golpea en un rival, de forma que el balón hace una parábola que despista al jugador sevillano, que toca en semifallo y bate a Nauzet.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera eliminatoria de la Copa del Rey disputado en la Nova Creu Alta de Sabadell ante la presencia de unos 4.000 espectadores. El Córdoba estuvo animado desde la grada por una representación de la Peña Sangre Blanquiverde.

Hoy habrá siete equipos de Segunda B esperando el premio gordo de medirse al Real Madrid o el Barcelona en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El Lucena no será uno de ellos. Sencillamente porque aunque ayer estaba citado para jugar su serie con el Cacereño no compareció en el campo. Desaparecido durante los 90 minutos, perpetró un partido para olvidar en el que se desvaneció el sueño de recibir a un grande de Primera División. La historia de hace dos años ante el Universidad de Las Palmas se repitió. De otra forma, pero igual de dolorosa. Con una goleada que reflejó la insultante superioridad del conjunto extremeño.

Toda la ilusión que durante las horas previas había movido al equipo se transformó en presión cuando la pelota echo a rodar. Incapaz de hilvanar tres pases seguidos, sin capacidad para jugar por abajo, como indicaba Falete una y otra vez desde la banda, el Lucena se diluyó a las primeras de cambio. Empezó bien, queriendo mandar, buscando el estilo de semanas precedentes -el once era el mismo-, pero el autogol de Gavilán lo dejó sin constantes vitales durante un tiempo en el que pudo perder la eliminatoria.

El Cacereño demostró ser un bloque sólido, con experiencia para saber qué hacer en cada momento. Sin querer la iniciativa, se llevó el duelo a su terreno. Esperaba atrás para salir rápido a la contra. Pero tampoco tuvo tantas opciones como esperaba… Acaso más a balón parado, con un libre directo de Toni y un córner que casi se convierte en gol olímpico de Santi Amaro.

Mientras, del conjunto celeste, poco o nada. Al menos en la portería contraria, porque Obregón estuvo a punto de repetir la de Gavilán rozando la media hora. Hubiera sido de chiste. Pero malo, como el primer periodo que perpetró un equipo local al que Santi Amaro perdonó con un tiro a bocajarro que atajó Limones, héroe nuevamente un par de minutos más tarde a otro golpeo directo del mediocentro extremeño.

Tanto fue el cántaro a la fuente que acabó rompiéndose en otro desajuste defensivo de juzgado de guardia. Fueron dos puñaladas traperas, directas al corazón, que encendieron los ánimos de una afición que, tras volcarse como en las grandes citas, no entendió la falta de compromiso de un grupo desangelado, sin alma. Lo mejor fue la llegada del descanso. El momento para que Falete pusiera las cosas en su sitio. O lo intentara…

De primeras lo intentó con la entrada de Óscar, que relevó a un Adri que perfectamente podía haberse quedado en su casa, para dibujar un 4-2-3-1 un poco más ofensivo. El cambio sirvió, al menos, para equilibrar la balanza y que llegara el primer disparo a puerta, del recién ingresado, y que Vargas atajó sin mayores problemas. Pero eso no asustó al Cacereño, que tuvo la sentencia en un mano a mano de Chapi que no resolvió bien ante la salida de Limones, indemne también poco después a otro intento del mismo atacante.

Aun así, la inercia del partido ya era otra. Cada vez se jugaba más en campo extremeño, bien es verdad porque el rival se tiró atrás unos metros para guardar fuerzas y matar a la contra. Aunque de ocasiones claras del Lucena, mejor ni hablar. Por eso, en los últimos 20 minutos, Falete se la jugó con la entrada de Pineda por Gavilán; defensa de tres y dos puntas. Fernando la tuvo con un disparo a la base del palo que atajó el meta, pero para respuesta la de Limones en la continuación, salvando el tercero ante Jaráiz en uno contra uno. El choque ya estaba abierto y Vargas se creció ante Fede. Los goles al final de Santi Amaro, de penalti, y Obregón, sólo sirvieron para dar trabajo al apuntador. Porque la eliminatoria ya estaba decidida desde mucho antes. Y no de forma favorable a los lucentinos, que hoy verán el sorteo de Copa pegándose golpes en la cabeza.

Árbitro: Villena Contreras (castellano-manchego). Perdonó una clara amarilla a Albiol por cortar una contra en el minuto 15 que habría supuesto su expulsión en el segundo tiempo..

Tarjetas: Amarillas Matías Saad (18'), Adri (45'), Sergio Albiol (56'), Jesús Lanza (70'), Limones (76'), Sarmiento (82'), Curro Vacas (88').

goles 0-1 (6') Gavilán, en propia puerta. Vargas saca en largo, Obregón no busca la pelota y, tras el bote en la frontal, Gavilán trata de despejar de cabeza ante la llegada de Jaráiz mandando el balón por encima de un Limones que estaba a media salida. 0-2 (35') Rafa Gómez. Pase interior de Santi Amaro a Matías Saad, que ve la llegada de Chapi, al que Sergio Albiol roba la pelota para dejársela mansa a Rafa Gómez, que casi sin ángulo y mansamente introduce el balón en la portería lucentina. 0-3 (85') Santi Amaro. Santi Amaro supera a Limones con un lanzamiento a lo panenka tras un derribo de Curro Vacas a Esteve. 1-3 (90') Obregón. Jesús Lanza bota un córner al segundo palo, José Cruz cabecea sin oposición y Obregón aprovecha el rechazo en corto de Vargas para hacer el gol del honor.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera eliminatoria de la Copa del Rey disputado en el estadio Ciudad de Lucena ante unos 2.700 espectadores, con algo menos de un centenar llegados desde Cáceres.

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