Demarraje con viento favorable (4-1)

Liga adelante

El CCF rompe su racha negativa con una victoria que encarriló tras la expulsión de Soriano Más goles que fútbol para reactivar el sueño.

Foto: Jose Martinez
Cisco López/ Córdoba

17 de marzo 2013 - 16:15

El CCF sigue vivo en la pelea por el play off. Esa es la mejor noticia de la goleada al Almería, un partido que tiene otras muchas lecturas más allá de las que pueden salir viendo sólo el marcador. La primera, positiva, es que por fin se le plantó cara a un rival directo, lo que reactiva la confianza de un grupo que necesitaba como el comer un resultado así para volver a creer en las posibilidades de éxito. La segunda, también positiva, es que con el doble nueve el equipo sacó a relucir una pegada que hasta ahora no había aparecido y que, ojalá, no fuera fruto de la casualidad. Pero debe haber lugar también para el análisis, ya que todo no fue bueno. Al equipo le costó hacerse con el control de un duelo que, mientras las fuerzas estuvieron equilibradas, pareció siempre estar más cerca de lo que querían los visitantes. Una situación que cambió con la roja a Soriano al filo del descanso, lo que permitió al CCF tomar aire y disfrutar con el balón como no había podido hacerlo antes. Pero tal y como estaban las cosas, menos mal que lo más importante se consiguió, para mantener el objetivo a tiro de cuatro puntos en el momento en el que las cuestas del calendario empiezan a desaparecer y ya se enfila un descenso en el que el más listo puede tomar una ventaja irrecuperable.

El CCF ha pecado en muchas fases del campeonato de llegar tarde, de mirar al frente sólo cuando las cosas se tuercen. Era algo que había que erradicar ante un rival que suele perdonar muy poco y, más aún, con el ambiente tan raro que se palpaba en las gradas. Había que salir bien, y con todo. Berges puso un equipo valiente y descarado, para jugar lo más cerca posible del portal albirrojo, para mandar con la pelota y evitar así, en la medida de lo posible, sufrir cerca de la propia. Porque ahí es donde radica el problema. De ahí que cuando se vio a un Almería bien plantado que hacía daño con la movilidad de su frente ofensivo pronto se intuyó que la batalla iba a ser a cara de perro. Pero quizás no tanto...

Con Carlos Caballero y López Garai superados por la dupla enemiga, el peligro rondaba más las inmediaciones de Alberto García. No era esa, ni mucho menos, una noticia agradable. Menos aún al aparecer las primeras dudas entre los centrales y el meta o cuando Iago Falqué intentó hacer de su carril una autopista. Charles, quién si no, fue el primero en avisar con un testarazo que se fue alto. Pero el partido iba a ser de pocas llegadas. Porque la guerra en la medular era constante, a lo que tampoco ayudaba mucho el concierto de pito de un árbitro desconcertado a más no poder.

Con todo, el equipo de Berges dio en la diana en su primera gran ocasión. Después de muchos partidos, por fin se movía primero el marcador blanquiverde. Tocaba ver cómo se comportaban uno y otro ahora que ya las hostilidades habían empezado. El Almería no se descompuso y siguió a lo suyo. El CCF también. Es decir, perdido en campo contrario, incapaz de superar la maraña defensiva de un rival que necesitaba muy poco para armar sus ataques, para hacer daño. De hecho, de una jugada sin aparente peligro llegó el empate. Mira que había jugadores locales en el área, pero Pelle remató sin oposición alguna. Tal fue el disgusto que del saque de centro nació una nueva llegada que Charles no supo culminar solo en el punto de penalti.

Había que empezar de nuevo a remar. Pero ahora ya los albirrojos dieron un paso más en su obsesión por frenar cualquier atisbo de enlazar combinaciones ofensivas. El partido entró en una fase de constante juego subterráneo, con recados por todas partes y los protagonistas tirando de picaresca. Era una apuesta demasiado peligrosa y de la que no sabía salir el CCF. Quedaba por ver quién saldría beneficiado del desquiciamiento general del colegiado. Por suerte fue el conjunto blanquiverde, que se encontró con la expulsión de Soriano al filo del descanso, ya cuando mandaba de nuevo en el marcador gracias al golazo de pañuelos de López Garai.

El paso por los vestuarios debía servir para la reflexión. Pero todo lo hablado, sobre todo en el banquillo visitante, lo echó por tierra Rennella a las primeras de cambio con el tercer tanto local. Ver para creer. Efectividad plena del Córdoba, sí, ese grupo al que tanto le ha costado hacer gol durante toda la temporada. Era la hora de asestar el golpe de muerte. Pero este equipo se empeña en darle emoción a las cosas cuando no debe. Incluso en inferioridad, Alberto García tuvo que ganar un mano a mano a Iago Falqué tras el enésimo despiste de la defensa.

Por suerte, no hubo más ya hasta los minutos de la basura, tras otra aparición de un Charles tan activo como errático que pidió un penalti que, para variar, el árbitro no vio. Antes, para tranquilidad de todos, otra acción de pizarra permitió hacer el cuarto. El average estaba equilibrado y había una oportunidad para voltearlo. Pero el CCF ya se limitó a gustarse y recuperar su fútbol de toque. Ya habrá tiempo para hacer más daño.

2 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último