"Creo que existen mimbres para hacer algo importante"

Hace 25 años Pepe Morales comenzaba su idilio con el Córdoba Balonmano. Reclutado por el sabio Antonio Reyes, el del Sector Sur pasó como jugador por todas las categorías inferiores del club granate. Tras acabar su período de jugador, en 1997 recaló en los banquillos y comenzó a crecer como técnico. A pesar de que se fue a Madrid durante seis años por motivos laborales, Pepe cogió un nuevo protagonismo, ayudando a José Urbano y Pepe Escribano. Hace dos años volvió a Córdoba y ya para quedarse: alternó el equipo sénior de Provincial, el Ninsur -con la generación que fue campeona de España- y los juveniles, consiguiendo el Campeonato de Andalucía. La pasada temporada dirigió de nuevo al juvenil, pero desde el pasado lunes Morales ha cogido el testigo dejado por Antonio Reyes.

-Ahora toca dirigir al equipo sénior. ¿Qué sintió cuando se lo dijeron?

-Hace un par de años, más o menos, Antonio me había preparado para este momento. Él decía que lo iba a dejar en dos años y que, si no pasaba nada, yo iba a ser el siguiente en coger el equipo sénior. En marzo habló conmigo para ver si estaba dispuesto a coger el equipo de Primera y yo le dije que sí, que era un reto para mí, que estaba encantado y además en mi club. Entonces acordamos que yo iba a ser el entrenador de Primera, y luego llegó esto de la B. Había rumores, comentarios con poco fundamento. Pero Antonio me llamó para decirme que se había hecho con Maristas y siguió contando conmigo, lo cual es de agradecer porque es un salto más de categoría. Ahora, sólo queda esperar para ver cómo se presenta este desafío.

-Sin dudarlo, un gran salto de juveniles a la División de Honor Plata. Muchos cambios, ¿no?

-Sí, hay muchos cambios. A pesar de que yo intento ser súper profesional, tanto en alevines como en sénior, sí existen cambios. Ahora, la dedicación es mayor, el tiempo de entrenamiento es mayor, las exigencias son mayores, o la presión de diferentes estamentos (afición, patrocinadores, directiva, medios...). Además, dentro del equipo el trato a los jugadores es diferente. Son jugadores sénior, muchos han jugado en muchos equipos, saben de qué va esto y no hay que llevarlos tanto de la mano como a los juveniles. Sobre todo hay que cambiar el trato y la preparación, que pasa a ser casi exclusiva.

-Tras un buen año en Primera Nacional, ¿cómo se presenta este salto de categoría para el equipo?

-Este salto de categoría supone un punto de inflexión, ya que el objetivo del equipo pasaba en Primera por estar arriba. Vino después porque se ganaba casi siempre, y ahora el salto a la División de Honor B va a ser diferente. Ahora, no vamos a ganar casi siempre. No vamos a ser del pelotón de equipos de arriba. Yo intentaré trabajar para mantenernos, porque no quiero que la gente piense como el año pasado. Va a ser diferente y vamos a sufrir bastante más, aunque espero que no sea hasta el final.

-Mantienen la base del año pasado. La cantera sigue siendo el proyecto de este Cajasur.

-Somos el equipo de División de Honor B que más gente tiene de la casa en sus filas. La filosofía de este club es apostar por la cantera y eso es un estímulo para la gente que viene por detrás, ya que ven cómo Juanlu, Escribano o Padilla, que han estado en categorías inferiores, van a luchar contra gente de DHB o que vienen de Asobal. Hemos retocado el equipo, aunque tres de los cinco fichajes realizados (Ruano, Mendoza y Melgar) eran jugadores nuestros que los hemos repescado. Así que son mayoría, el 80% de jugadores son de la casa.

-¿Llega la hora de comprobar si Córdoba retoma el pulso con el balonmano?

-Si ahora, en la situación que estamos, no lo retomamos... Estamos ya en la segunda categoría nacional; si ahora no es el momento de subirnos al balonmano de elite, no sé cuándo se va a apostar. La ciudad debe apostar por el balonmano. Somos el referente, junto al Córdoba y al Cajasur femenino, y a nivel masculino estamos casi en lo máximo que podemos estar.

-¿Cree que existe verdadera afición al balonmano y que se podría hacer algo importante en esta ciudad?

-Creo que hay mimbres para hacerlo. Córdoba es una ciudad que tiene mucha afición al balonmano desde categorías base, y ahora eso se debe reflejar en el equipo sénior. Además, es el momento de implicar a instituciones y patrocinadores que ahora están más reacios por el tema de la crisis, y es el momento de implicar a la afición, a antiguos jugadores, al público en general y a gente que nos pueda ayudar en niveles como el económico.

-Imagino que sabrá todos los equipos que intentaron dar un gran salto (Grupo Pinar Adecor, los conjuntos de voley...) y se quedaron en el camino. ¿Cuál es el problema?

-El problema viene en dos vertientes diferentes. Una, en intentar sólo ser un equipo de elite descuidando lo que hay abajo. Algo que espero que a nosotros no nos ocurra porque tenemos una base muy sólida. Y otra es el deporte profesional, que mueve mucho dinero para avales, inscripciones, y Córdoba es una ciudad que no fomenta mucho el deporte de elite. Son ésas las dificultades: económicas y en cuanto a la hora de mirar atrás. Puedes mirar atrás o sólo tienes ese equipo profesional mientras tienes ese dinero. Nosotros no hipotecamos nuestro trabajo de base por el equipo profesional. Estamos ahí, estamos orgullosos de estarlo, pero teniendo los pies en el suelo, sin hipotecarnos, y teniendo en cuenta que la mayoría de la gente es de la casa.

-¿Cuál es el objetivo del club?

-El objetivo es mantener la categoría. Con esto, nos daríamos por satisfechos, porque sabemos que es una liga a la que vamos de novatos tanto muchos jugadores como yo como entrenador. Es otra historia diferente. Nuestra única meta debe ser la permanencia. Somos conscientes de que no podemos estar al nivel de equipos como Teucro, Prasa Pozoblanco o Anaitasuna. Lo nuestro será otra liga. Por supuesto, sin renunciar nunca a luchar en todos los campos y contra todos los equipos. Es lo que haremos, y aseguro que costará ganarnos.

-¿Qué pretende Pepe Morales en esta temporada?

-Lo primero, mantener al equipo en la categoría, y después que tanto jugadores, directiva, afición y la ciudad vuelvan a disfrutar del balonmano del más alto nivel. Yo quiero aprender muchas cosas que me sirvan para el futuro.