Fútbol | Tercera RFEF

El Córdoba B se lleva el derbi con lo justo ante el Pozoblanco (1-0)

  • Un solitario gol de Tala da continuidad a la racha blanquiverde de cinco victorias consecutivas

  • Diego Gámiz tuvo en sus botas las mejores ocasiones del conjunto de Antonio Jesús Cobos

El blanquiverde Abreu es presionado por Moha.

El blanquiverde Abreu es presionado por Moha. / Juan Ayala

Con lo justo y con lo necesario que se requiere para ganar -meter y que no te metan- el Córdoba B se llevó el derbi contra el Pozoblanco gracias a un solitario gol de Tala a la salida de un córner. El tedio de los primeros 45 minutos se revirtió en una segunda mitad con más intensidad que buen fútbol. El conjunto del Valle de Los Pedroches no fue capaz de aprovechar la superioridad numérica durante los últimos 10 minutos, que le dio la expulsión de Naranjo por doble amarilla.

Ni blanquiverdes ni vallesanos comparecieron a la hora de la siesta. Las gradas vacías y el fútbol sin ocasiones son un sedante. A rachas, como el viento de la tarde en El Arcángel, se escuchaban las protestas de los aficionados pozoalbenses que se desplazaron hasta la capital imaginando una conquista histórica.

Circulaciones lentas del filial y presión tímida del Pozoblanco. Tommy Montenegro, con ganas de demostrar en el escenario donde vio jugar a su padre (Ariel Montenegro), remaba solo hacia delante rompiendo una y otra vez la formación que Antonio Jesús Cobos había planteado para cerrar huecos. El B tiró de jugada ensayada para evitar su previsibilidad, pero Joaquín desvió el remate de cabeza lejos de portería en la ocasión más clara del primer tiempo. Al borde del descanso, el árbitro no vio penalti en un empujón a Moha dentro del área y Abreu aprovechó un error en la salida de balón de la defensa rival para dejar solo a Joaquín, que lo volvió a intentar sin éxito.

Las 17:30 en el reloj sirvió para despertar a ambos equipos de un sueño profundo. El Pozoblanco se estiró con balón ayudando a que aparecieran espacios y algo de velocidad en el juego. Sin embargo, las continuas imprecisiones frustraban la llegada de ocasiones claras en cualquiera de las áreas. Por momentos, los 20 jugadores de campo se movían al unísono de un lado a otro como si fuesen una misma sombra dando vueltas por el césped.

Christian Delgado es presionado por David García y Diego Gámiz. Christian Delgado es presionado por David García y Diego Gámiz.

Christian Delgado es presionado por David García y Diego Gámiz. / Juan Ayala

Diego Gámiz descorchó la botella como se suele hacer en este tipo de partidos, de libre directo. El extremo vallesano estrelló su lanzamiento a la cruceta desde casi 30 metros. Sin respiro para Jaylan Hankins, Moha reventó un balón aislado que le llegó a la frontal del área que despejó el meta gibraltareño del Córdoba B.

Abreu marca la diferencia

Cuando mejor estaban los de Antonio Jesús Cobos, plantados en terreno rival, llegó la réplica cordobesista. Liderados por la calidad individual de Abreu, que caracolea con la pelota cosida a la bota sin que nadie se la robe, los de Diego Caro fueron desactivando la poblada defensa del Pozoblanco. En momentos que el partido se atasca, Abreu es ese tipo de jugador que toma los riesgos y provoca los uy y los oh entre los aficionados.

De uno de sus garbeos, nació la mejor ocasión local. Abreu abrió a banda para Rafa Castillo, el lateral la colgó al segundo palo y Jan apareció desmarcado para picar el balón que despejó Sillero a saque de esquina. El portero excordobesista pasó momentos de duda bajo los palos y concedió otro córner en una jugada embarullada dentro de su área. Abreu botó el balón desde la esquina y Tala entró en plancha desde atrás para situar el 1-0 a los 55 minutos

El gol sentó como un mazazo a los de Pozoblanco, y lo que pudo convertirse en un partido más abierto fue solapado por las constantes interrupciones. El espectáculo se subvirtió a base de cambios, médicos afincados en el césped atendiendo futbolistas y pérdidas de tiempo.

Agus enganchó una semivolea que hizo responder de nuevo a Jaylan Hankins con una parada de mérito. Ya en la recta final, Naranjo -que salió sustituyendo a Joaquín en el minuto 62- vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez. El conjunto de Los Pedroches pidió dos penaltis con más vehemencia que razón y acabó el partido en área rival con un disparo de Gámiz que se marchó desviado. Un final coherente para un partido soso, atropellado y sin acierto.

Esta victoria -quinta de manera consecutiva- permite a los cordobesistas despertarse este domingo como terceros, a seis puntos del Utrera y ocho por encima del Gerena, que dio otro paso atrás tras perder con el Ceuta B (2-1) en sus aspiraciones de estar en los puestos de play off. Por su parte, el Pozoblanco, en tierra de nadie, se mantiene con siete puntos de ventaja frente a la zona de descenso. 

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