El Córdoba Futsal tiene prácticamente imposible el saltar a la pista el próximo sábado para enfrentarse al Burela. El conjunto blanquiverde está abocado a una nueva semana de parón, debido a los dos positivos por coronavirus que el cuadro gallego ha detectado en sus filas, por los que ya ha solicitado a la Real Federación Española de Fútbol la suspensión del encuentro correspondiente a la jornada 19 en Primera División.

El aplazamiento del partido en tierras gallegas se da por hecho, toda vez que el Burela ha informado de que su plantilla y cuerpo técnico estará confinada hasta el mismo sábado, lo que hará imposible que el conjunto burelista pueda preparar el encuentro. La decisión está ahora en manos de la RFEF, pero es un mero trámite, a tenor de la línea seguida por el organismo desde que arrancó la presente temporada.

Sin todavía haber registrado ni un solo positivo por covid-19 en su plantilla, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad va camino de su séptimo encuentro reprogramado por culpa de los problemas de sus rivales con el virus. Una circunstancia que está haciendo bastante daño al normal desarrollo del trabajo del equipo cordobés, que además sigue con la rémora de haber jugado menos partidos que la mayoría de sus contrincantes directos en la lucha por la permanencia.

El conjunto que entrena Josan González arrastra dos duelos sin disputar, ante ElPozo Murcia y el Movistar Inter, a los que se sumará en unos días de manera oficial el envite ante el Burela. Una situación complicada que está convirtiendo en un camino tortuoso la temporada más difícil para el deporte en general.

Resignados ya a un nuevo aplazamiento, desde el Córdoba Futsal ponen las miras en su siguiente objetivo, que será precisamente ese choque aplazado ante el Movistar Inter, que se disputará en Vista Alegre el 10 ó 11 de febrero, justo antes de que visite el pabellón cordobés otro rival directo como el UMA Antequera. Dos encuentros complejos en los que el equipo blanquiverde estará obligado a sumar puntos para seguir metido de lleno en la pelea por la salvación y no complicarse demasiado una temporada que el coronavirus está convirtiendo en un imposible.