Contador tropieza con la misma piedra

Alberto Contador no ha vivido ninguna edición tranquila de la ronda gala. Al igual que en 2011, el madrileño inició su andadura con una caída, pero hace dos años, en el Mont des Alouettes, el incidente le costó 1.20 minutos en la general, una rémora que arrastró hasta el final de la prueba, en la que acabó quinto.

Salvo en su debut en 2005, en el que fue trigésimo primero, en todas sus participaciones tuvo caídas, desencuentros con el público y polémicas. En 2006, cuando iba a correr con los colores del Liberty, se vio salpicado por la Operación Puerto, que estalló unas semanas antes y que obligó a toda su formación a abandonar antes del inicio en Estrasburgo.

Al año siguiente, con el Discovery, ganó su primer Tour en medio del escándalo provocado por la retirada del danés Michael Rasmussen por las sospechas de dopaje que pesaban sobre él. Ya en 2008 Contador no pudo pasear su dorsal número 1 por las carreteras francesas porque la organización declaró "no deseable" al Astana, por el que había fichado.

El retorno se produjo en 2009 y con los mismos colores, pero el Tour se convirtió en un calvario, con continuos cruces de declaraciones y desplantes con Lance Armstrong. Contador logró su segunda victoria, pero el público francés comenzó a dejarlo de lado. Al año siguiente, el desencuentro con la gente fue mayor cuando en el puerto de Bales atacó cuando Andy Schleck sufría un problema técnico. Aquellos silbidos se multiplicaron cuando meses más tarde se descubrió que había dado positivo por clembuterol. Contador pudo participar en la edición de 2011, pero en la presentación fue silbado y en la primera etapa dio con sus huesos en el suelo.