Contador se declara "desilusionado y triste", pero espera un final felizEl mejor calibrador para el Barça

Alberto Contador, suspendido provisionalmente por la Unión Ciclista Internacional por un presunto dopaje en el pasado Tour de Francia, publicó en la tarde de ayer en Twitter un mensaje en el que asegura que está "realmente triste y desilusionado". "Por más que intento, no logro entender nada", apunta en el breve escrito de esta red social, en el que refleja su estado de ánimo mientras espera la resolución de la UCI.

Por esta misma vía, el pasado lunes también aseguró que sigue "teniendo total confianza en la WADA y la UCI y que todo esto terminara rápido y bien".

Fuentes próximas al ciclista español indicaron ayer que había decidido no hacer más declaraciones por no "dar pábulo" a todo lo que está saliendo publicado y no tener que "replicar" cada nueva información que aparece sobre el asunto del presunto dopaje con clembuterol. Contador, que, por tanto, tiene previsto no hablar más hasta que la UCI se pronuncie y todo se aclare, rechaza "radicalmente" todo lo que se está diciendo respecto a las autotransfusiones de sangre, aseguraron esas mismas fuentes.

Al respecto el danés Bjarne Riise, jefe del equipo Saxo Bank, dijo ayer seguir creyendo en la inocencia de Contador. "Me encontré hace poco con Alberto Contador y al momento no tengo razones para no creerle", señaló Riis a la cadena pública danesa DR Sports. Sin embargo, Riis expresó su miedo a que el caso "termine en un juego político". "Espero que no sea el caso, porque sería increíblemente desafortunado para todas las partes", estimó.

El director de Saxo Bank no ocultó que el caso Contador plantea problemas a su formación, de cara a la temporada 2011.

"Estoy a punto de componer mi equipo y estoy acabando los fichajes de los últimos" corredores, señaló el danés, antes de reconocer que la situación de su formación "seguirá abierta" y que dependía, especialmente, de cómo termine el caso Contador.

El futuro del Saxo Bank está muy ligado al de Contador tras la marcha de Andy Schleck, su anterior jefe de filas, y de otras figuras como su hermano Frank y Fabian Cancellara.

Pau Gasol está de regreso en su querida Barcelona para jugar hoy un amistoso en el que Los Angeles Lakers, actuales campeones de la NBA, probarán si el equipo azulgrana tiene derecho a soñar con jugar algún día en la mejor liga del mundo. Más de 17.000 espectadores llenarán el Palau Sant Jordi (20:30) para saludar de nuevo al hijo pródigo, Pau Gasol, el mejor jugador español de todos los tiempos.

Gasol dejó Barcelona en 2001, jugó un amistoso con los Memphis Grizzlies en 2003, cuando comenzaba a despuntar, y ahora vuelve de visita convertido en una de las grandes estrellas de la NBA y del baloncesto mundial.

Pero la cita de esta noche tiene muchos más alicientes. Por ejemplo, se puede decir que está en juego algo así como el título honorífico de campeón intercontinental, puesto que se mide el campeón de la NBA contra el campeón de Europa.

Será la segunda vez que el campeón de Europa se mida al campeón de la liga profesional estadounidense. El único precedente es del 18 de octubre de 1997, en París, cuando el Olympiakos cayó por un contundente 104-78 ante los Chicago Bulls que por entonces lideraba el legendario Michael Jordan.

Sin embargo, todo parece indicar que esta vez no se presenciará un duelo tan desigual, por cuanto durante la última década las distancias entre Europa y la NBA se han acortado indisimuladamente. Y, además, el Barcelona es ahora uno de los mejores equipos jamás vistos en el continente, algo similar a su hermano del fútbol.

El encuentro proporcionará una excelente oportunidad de comprobar si este Barcelona podría ser un equipo serio en la NBA, y más cuando en los últimos años se habla de la posibilidad -o quizá el sueño- de ver equipos de todo el mundo jugando en la NBA.

Los Lakers acuden a la cita con la incertidumbre del estado físico de Kobe Bryant, su gran estrella y uno de los mejores jugadores de la última década. El escolta se sometió a una artroscopia en la rodilla derecha al término de la temporada pasada y está lejos de su mejor forma.

Su equipo nota tal debilidad, como quedó demostrado el pasado lunes, cuando los Lakers cayeron por 111-92 en el amistoso jugado ante los Minnesota Timberwolves, que no son precisamente un equipo puntero de la NBA.