Las aguas bajan revuelvas en el entorno del Ciudad de Lucena. La derrota sufrida el pasado domingo ante el Sevilla C ha sido la gota que colma el vaso de la una situación que ya venía arrastrándose desde hacía semanas pero que ha desencadenado medidas drásticas que afectarán de manera notable a la confección de la plantilla lucentina en las próximas semanas y que incluso podría salpicar al cuerpo técnico.

La primera decisión que ha anunciado el club aracelitano es la rescisión del contrato de Dani del Moral, uno de los muchos futbolistas llegadas el pasado verano al club y que no ha terminado de ofrecer un rendimiento convincente a las órdenes de Dimas y David Carrasco.

Pero los cambios no quedarán ahí, pues desde el entorno del Ciudad de Lucena se habla de cuatro o cinco salidas de futbolistas del actual plantel en las próximas semanas, con vistas a reforzar una plantilla que estaba llamada a pelear con todos los argumentos por el ascenso directo pero que, de momento, se encuentra fuera de los puestos de play off y a ocho puntos de distancia del liderato.

El equipo, además, muestra una progresión decadente y ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos. Esos malos resultados han provocado además que buena parte de la afición que acude al estadio Ciudad de Lucena dé la espalda al cuerpo técnico encabezado por Dimas Carrasco, quien tuvo que escuchar tras la última decepción acumulada como desde la grada se abucheaba al equipo y se pedía su cese de manera insistente.

Desde la entidad celeste, sin embargo, se desliza que existe "confianza ciega" en el cuerpo técnico actual y se pone el foco en retocar una plantilla construida para los objetivos más ambiciosos pero que, a la vista está, no está cumpliendo con las expectativas marcadas. A ello se une además que cierta parte del vestuario no mantiene una relación del todo cordial con los entrenadores, por lo que el ambiente es más enrarecido si cabe.

La marcha de Dani del Moral es, pues, solo el punto de partida de unas semanas que se prevén intensas en cuanto a movimientos de entrada y salida del club celeste. Porque para cubrir los puestos que quedan vacantes tendrán que llegar jugadores, con la ventaja de que en Tercera RFEF el periodo para nuevas incorporaciones permanece abierto de manera permanente desde el verano hasta que finaliza la venta invernal de fichajes, por lo que hasta febrero se podrán incorporar futbolistas de manera inmediata.

Todo ello con el empeño de enderezar el rumbo de un equipo que ahora mismo va a la deriva y con una dinámica muy negativa que no invita precisamente al optimismo. Una situación que hace más complicado lidiar con esa presión que el club se autoimpuso de conseguir esta temporada el ascenso directo a Segunda RFEF, para lo que también realizó una fuerte inversión económica que, después de 11 jornadas de liga, no se está viendo respaldada en el campo con los resultados esperados.