El San Fernando perdió ayer a uno de sus jugadores más regulares, Castillo. Una oferta del Jerez Industrial hizo que el jugador propusiese a la directiva isleña la posibilidad de abandonar la disciplina azulina y enrolarse en el equipo industrialista de su ciudad natal.

En un principio, tanto el presidente de la entidad azulina, Manolo Acosta, como el resto de la junta directiva fueron reacios a la marcha del jugador que, explicando sus problemas, convenció a un mandamás que se encontraba ayer dolido con la marcha del jugador, sobre todo por el reconocimiento y el carisma que el jerezano ha aportado al equipo en estos cinco meses en los que ha sido parte de la plantilla.

Desde su llegada, Castillo ha sido titular indiscutible en el lateral derecho, aunque con Iriondo ha tenido la oportunidad de jugar incluso en el centro del campo. Ha disputado todos los partidos de competición liguera exceptuando el de Cuenca, ya que tuvo que cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas.

Castillo señalaba ayer que "una de las cosas más importantes que me llevo es, sin duda alguna, los tres goles que he anotado porque, ojalá sean los que les sirva al equipo para salvarse".

El defensa no podía ocultar su pena e indicaba que "me marcho con dolor, pero necesito asegurar a mi familia su sustento. Hay que tener en cuenta que llevo sólo tres meses cobrados en un año y que lo estamos pasando mal". Un cambio obligado por la crisis.