Cara y cruz para dos citas atléticas clásicas del calendario popular. La Ruta de la Miel, que se disputará en noviembre en Hornachuelos, ha agotado el cupo de inscripciones a falta de dos meses de la prueba, mientras que la nota negativa es la Nocturna Trotacalles, que ha tenido que ser cancelada definitivamente hasta 2022 por la situación epidemiológica.

Por segundo año consecutivo, la multitud de runners, tanto locales como nacionales e internacionales, deberán guardar paciencia tras no poder celebrarse por las calles de la capital su Nocturna. A pesar de que se planteó a las autoridades una carrera ajustada a los protocolos sanitarios, "la esencia de la Nocturna se perdería al no poder acompañar el paso de los atletas por los enclaves de la ciudad", explicó Fernando Romero, presidente de Trotacalles.

Con el número de inscritos reducidos a las necesidades de la covid-19, "la decisión final no se ha tomado hasta el último de los días con la esperanza de mantener el deseo de todas aquellas personas que, en redes sociales o correo electrónico, han manifestado su interés en participar", añadió Romero. Tras la cancelación de este año, la organización ha escuchado las demandas de los corredores élite y 2022 traerá consigo una salida escalonada y por tiempos. Además, se prevén mejoras sustanciales para convertir la Nocturna Trotacalles en la prueba por excelencia de Andalucía.

Por otro lado, la Ruta de la Miel, que se celebrará el 7 de noviembre con un recorrido de 16.500 metros desde la pedanía de Céspedes hasta Hornachuelos, agotó el pasado miércoles el cupo de inscripciones en apenas 40 minutos. Desde la organización están trabajando "con la ilusión de poder ampliar el número de dorsales en las próximas semanas", aunque esto dependerá "de la evolución de la pandemia y de las limitaciones que nos marquen las autoridades sanitarias".