Fútbol l Argentina

Cappa resucita a Huracán

  • Vélez Sarsfield dejó a un paso del título del Torneo Clausura al modesto equipo porteño, que volvió a pelear por un campeonato 36 años después gracias al técnico

Todo ha girado en torno a Ángel Cappa, el entrenador del Huracán que el domingo estuvo muy cerca de proclamarse campeón del fútbol argentino, que hizo un equipo casi de la nada cuando sus dirigentes y simpatizantes sólo anhelaban que tratara de mantenerlo en la Primera División.

"Todo ha sido mérito de Cappa", ha repetido en las últimas semanas el presidente de la entidad del barrio porteño de Parque de los Patricios, Carlos Babington, cuando el Huracán potenciaba su candidatura al título.

Babington entendía que este equipo se parecía a aquel con el que él mismo había alcanzado la gloria hace 36 años como figura junto con René Houseman, Miguel Brindisi y Omar Larrosa, entre otros, por su depurado estilo de juego, su potencia goleadora y su ilusión.

El inglés Babington, que además de campeón como futbolista en la única conquista que registra el club (1973) fue entrenador del Huracán en épocas de vacas flacas, dijo que "sabía a quién había traído" como técnico para intentar algo mejor.

Aquella gestión iniciada en octubre de 2008 para arrancar a Cappa de su residencia permanente en Madrid para probar otra vez, tras una etapa en el club a finales de años 80 cuando el equipo luchaba por volver a la categoría de honor, se asemejaba a un manotazo de ahogado.

"Lo más sorprendente fue que, una vez que acordamos los términos de su contrato, Ángel me dijo que le gustaría que agregara una cláusula con un premio extra por alcanzar el título. No lo podía creer y, cuando lo comenté en una reunión de la comisión directiva, todos se pusieron a reír. Nadie suponía entonces esta situación, incluido Ángel, que era optimista. Fue una conversación de bar, después de arreglar el contrato", añadió.

Los futbolistas repiten cada vez que son consultados que lo que no olvidarán jamás de Cappa, profesor de filosofía y psicopedagogía, es que insistió desde un principio en que la base de todo era "disfrutar jugando", lo cual muchos de ellos habían olvidado por las presiones a las que está sometido el fútbol en los tiempos modernos.

También recuerdan que en la pretemporada no hubo un día en que faltaran balones en los entrenamientos: "Hacíamos trabajos físicos y de inmediato con la pelota, todos los días. Toque y toque".

El entrenador, que se considera un discípulo del ex seleccionador albiceleste César Luis Menotti, afirma que este Huracán, con el que el flaco ganó su primer título en un banquillo, es su "mayor logro como entrenador".

Cappa, que obtuvo el título de campeón en Perú con el Universitario de Lima en 2002, en una época de complicaciones económicas en la entidad crema, estuvo al lado de Menotti desde 1981, fue su asistente en el Mundial de España'82 y más tarde en el Barcelona, equipo en el que destacaba Diego Maradona.

Volvió a acompañar a Menotti en el Peñarol uruguayo en 1990, club del que debieron irse por la puerta de atrás por malos resultados, y poco después fue ayudante de Jorge Valdano en un equipo del Tenerife español que arruinó al Real Madrid en la última jornada de dos Ligas.

Valdano fue fichado como entrenador del Real Madrid para la campaña 1994-1995 junto con Cappa, Ángel Félix y Alberto Giráldez y el equipo obtuvo la Liga con un equipo en el que brillaban el Raúl, Redondo, Zamorano, Laudrup y Luis Enrique.

Más tarde Cappa dirigió al Las Palmas español, el Racing argentino, el Atlante mexicano, otra vez al Tenerife en la Segunda División y al Mamelodi Sundowns de Sudáfrica.

Poco antes del partido final del Clausura argentino ante el Vélez Sarsfield, el entrenador nacido en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca hace 63 años, dijo que sus jugadores tenían "más orgullo que ansiedad por jugar un partido decisivo" y que la premisa de estos era "disfrutar" como protagonistas de una circunstancia histórica.

Cappa, además de entrenarlos, llevó a sus jugadores por otros caminos linderos al deporte más popular de Argentina, como el barrio pobre Zavaleta, vecino al estadio Tomás Ducó del Huracán, y el Hospital de niños Garrahan, para que compartieran momentos con los desposeídos y profundizaron sobre las injusticias de la vida.

También al Museo de la Memoria, instalado en la ex Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los principales centros de detención y torturas de miles de desaparecidos durante la dictadura militar que asoló el país entre 1976 y 1983.

El entrenador ha entrado en el cuadro de honor de un club, por una temporada futbolística que no pocos consideran "milagrosa" y por otras cuestiones un poco más sensibles que esa.

"No pasa nada. Les dije a los jugadores, que estaban llorando en el vestuario, que lo intentaremos en el próximo campeonato", comentó tras la derrota ante el Vélez. Ángel Cappa es un ganador, un amante del buen fútbol. Y eso, a veces no da títulos, pero siempre da placer en la cancha.

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