Basso expía sus pecados en casa
El italiano conquista la ronda italiana un año y medio después de que acabase su sanción por dopaje · Arroyo acaba segundo
Ivan Basso ha regresado. Un año y medio después de que expirara su sanción por dopaje implicado en la Operación Puerto, el ciclista de 32 años logró su segundo triunfo en el Giro de Italia culminando así su vuelta a la elite marcada por un duro trabajo para limpiar su nombre.
El español David Arroyo (Caisse d'Epargne), pese a terminar la última contrarreloj de 15 kilómetros en el puesto 47, a 1:18 del vencedor, el sueco Gustav Erik Larsson (Saxo Bank), conservó su privilegiada segunda posición en el podio final, mientras que otro italiano, Vincenzo Nibali, no dejó escapar el tercer puesto ante Michele Scarponi.
"El triunfo del Giro de 2006 fue el momento más alto de mi carrera. Luego llegó la caída libre". Así definió Basso sus dos años de pausa obligada tras confesar su colaboración con el médico español Eufemiano Fuentes. Tras ese "momento difícil", decidió regresar "para volver a ganarme la confianza de los aficionados", dijo tras culminar la expiación de sus pecados cuatro años después con su segunda maglia rosa.
Ya durante su sanción, que acabó en octubre de 2008, el jefe de filas del Liquigas se puso bajo la protección del científico deportivo Aldo Sassi, comenzando un programa de entrenamiento monstruoso que tenía una meta: regresar al primer plano y limpiar su nombre. "Me despierto pronto, paso de ocho a nueve horas sobre la bicicleta y trabajo a 3.000 metros de altitud", contó Basso. Sassi está obviamente convencido de que su pupilo ahora corre limpio. "No creo que la gente deba dudar de su rendimiento. Ha cambiado muchas cosas y tengo total confianza en él".
Uno de los ganadores en la ronda italiana, Gilberto Simoni (vencedor en 2001 y 2003), es de esos que no creen en la sinceridad del nuevo campeón del Giro: "Vende el aura de un santo, pero pide que se beba agua mientras él toma vino", dijo Simoni, que recordó una etapa con final en Aprica hace cuatro años, cuando Basso le ofreció dinero para que le dejara el triunfo.
El futuro dirá si Basso celebra su victoria con la conciencia tranquila. Dentro de dos o cuatro semanas se conocerán los resultados de los análisis antidopaje del Giro, que en los últimos años obligaron a cambiar a posteriori la clasificación general de una prueba que ayer se cerró en Verona con la resurrección del ídolo italiano.
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