Arriba el periscopio, submarino amarillo

Todo un gigante del fútbol español de la última década visita este domingo El Arcángel (21:00, Teledeporte). Llega el Villarreal, que acabó bajando a Segunda tras una carambola que le llevó a la zona de descenso en una única jornada, la última y definitiva, después de haber eludido los puestos calientes en las 37 precedentes. Y todo tras una temporada en la que se había paseado por los mejores estadios de Europa. Ahora, víctima de sus propios errores, se ve abocado a pelear en feudos tan modestos pero con un encanto especial como El Toralín, Anduva o el Pedro Escartín.

Con el mayor presupuesto de la categoría (43.430.000 euros, aunque el gasto real para el curso es de 33.000.000), todo lo que no sea ascender será un fracaso para el submarino amarillo, con la presión añadida de luchar por el ascenso directo. Sólo hay que echarle un vistazo a su plantilla para entender el calado del desafío.

Porque no sólo se ha mantenido el presupuesto, sino que además se apostó por seguir con el grueso de la plantilla. Una medida que también utilizaron el Atlético de Madrid o el Betis en su última estancia en la categoría de plata. Pero esos precedentes ya alertaron al Villarreal de lo que le podía esperar en la Liga Adelante, porque ambos tuvieron que esperar hasta su segundo curso para retornar a la máxima categoría.

Pero el Villarreal quiere aprender y no repetir esos ejemplos. Para ello cuenta con una plantilla entre la que se encuentra todo un campeón de la Eurocopa como Marcos Senna, u otros internacionales como Bruno o Farinós. Precisamente, la incorporación de este último en el mercado invernal junto a las de Chechu Dorado, Jonathan Pereira, Juanma, Jeremy Perbet y Javier Aquino han potenciado un grupo que movió ficha en enero con el objetivo de alcanzar una segunda plaza que se le está resistiendo. Pero los fichajes trajeron consigo el adiós de cinco jugadores. Cambios en unos futbolistas que se extendieron al banquillo, pues Marcelino García Toral sustituyó a Julio Velázquez.

Una gran transformación para paliar un comienzo dubitativo. El Villarreal, el gran rival a batir, no ha terminado de intimidar a sus rivales. Pero está ahí, en la última plaza del play off empatado con el Córdoba, que tiene como meta repetir presencia en la promoción tras 41 años sin pisar Primera.

Dos clubes con trayectorias muy dispares, pero con un presente igualado. Un objetivo común: el ascenso, y una forma de entender el fútbol similar. Hasta los últimos arbitrajes les han perjudicado. El rendimiento de los de Marcelino baja lejos de casa (dos triunfos y siete empates en 14 partidos), mientras que los de Berges han sumado en El Arcángel 27 de los 41 puntos que tienen. Llega el cuarto puerto del Tourmalet para el CCF. Los tres anteriores se resolvieron con dos empates y una derrota... ¿A la cuarta será la vencida?