Juegos Olímpicos
  • El árbitro cordobés, tras estar presente en Mundiales y Europeos, vivirá su primera experiencia olímpica tras "un camino bastante profesional, en el que vas quemando etapas"

Antonio Conde, juez entre las estrellas de Tokio

Antonio Conde se ejercita antes de la final del Preolímpico. Antonio Conde se ejercita antes de la final del Preolímpico.

Antonio Conde se ejercita antes de la final del Preolímpico. / FIBA

Sin la presencia en la selección masculina de baloncesto del ya retirado Felipe Reyes, el acento cordobés lo pondrá Antonio Conde Ruiz en los Juegos Olímpicos de Tokio. A sus 48 años, con una gran trayectoria en el mundo del arbitraje, vivirá su primera experiencia olímpica. "Es un gran premio por toda mi trayectoria", explica a el Día el colegiado cordobés.

Durante el pasado mes de marzo, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) reafirmó la designación de Antonio Conde, que ya estuvo entre los elegidos para 2020. En ese momento, la pandemia del coronavirus paralizó esta gran cita deportiva mundial. No ha sido un camino sencillo, pero el colegiado cordobés está entre los 30 mejores en Tokio.

Antonio Conde, perteneciente al comité andaluz desde sus inicios, se formó inicialmente como jugador, aunque decidió dar pronto el paso al mundo del arbitraje. Su carrera, con su gran trabajo y esfuerzo, fue creciendo hasta que llegó a la ACB en 2001. Tras 20 años en la máxima categoría, ya ha dirigido más de 600 partidos en la competición nacional. Además, cuenta con 18 presencias en la Copa del Rey.

Este ingeniero agrónomo cordobés es árbitro internacional desde 2004, por lo que ha estado presente en tres Mundiales femeninos -dirigió la final de 2018-, un Mundial masculino (2019), dos Eurobásket de ambas categorías, a los que suma un largo recorrido internacional en el baloncesto formativo. Tras dos décadas de trayectoria, ahora le ha llegado la oportunidad de estar en unos  Juegos por primera vez.

"Es un gran premio por toda mi trayectoria y por un montón de horas de trabajo y de sacrificio que se ven recompensadas de forma grande con esta designación", reconoce Conde. Además, en una cita que es "una oportunidad que se da cada cuatro años de poder asistir a este evento".

Pero no ha sido fácil para Antonio Conde llegar a ser uno de los elegidos para estar presente en los Juegos de Tokio. De hecho, explica que "igual que los jugadores y atletas pasan filtros, los árbitros también tenemos que pasar etapas, y han sido satisfactorias en cuanto a mi progresión porque aquí estamos para hacer frente a este gran reto".

Tras estar presente en Mundiales y Europeos, la cita nipona es especial porque es "algo que tenía ahí, aunque nunca me lo había planteado como objetivo fundamental porque son pocos los que van y depende de muchas variables". Sin embargo, el colegiado cordobés ha entrado "en el camino, en la carrera por llegar, y hemos sabido mantenernos ahí peleando y progresando para que contaran conmigo, y es una gran alegría".

Conde destaca que "es un camino bastante profesional". "Es un programa de preparación y mejora para un objetivo que es cada cuatro años y la Federación Internacional selecciona un grupo de árbitros y va trabajando con ellos. Al final llegan los 30 que son los más preparados para el torneo y vas quemando etapas", explica el colegiado cordobés sobre el recorrido que ha llevado a cabo para estar en suelo japonés.

La experiencia del Preolímpico

Antes de estar en Tokio, Antonio Conde estuvo presente en el Preolímpico que "ya es la etapa casi final antes de entrar en los Juegos Olímpicos". "Estuve en Canadá, arbitrando todas las jornadas que hubo y arbitré la final (República Checa contra Grecia) como árbitro principal", apunta el colegiado cordobés. En este sentido, ha sido muy importante "la confianza en mi trabajo desde la dirección". "Todo salió bien y seguimos en la buena trayectoria", comenta.

Preparado ya para los Juegos Olímpicos, Antonio Conde no sabe qué partido dirigirá de inicio. "Hasta última hora no sabemos qué vamos a arbitrar. Ellos distribuyen, tanto en masculino como femenino, porque podemos dirigir en ambas competiciones", señala el colegiado cordobés.

A la espera de que se desarrolle la competición, espera "seguir la trayectoria que he estado marcando durante estos años y tener, además, un pelín de suerte". Eso sí, "haciendo el trabajo desarrollado y algunas mejoras en mi trabajo, intentaré llegar lo más lejos posible". No obstante, "a veces no es cuestión solo de tu trabajo, porque hay muchos árbitros de gran calidad y no eres tú siempre el elegido, y la oportunidad le ha llegado a otro compañero”. Pero más allá de esto, Conde tiene ganas "de llegar lo más lejos posible".

Tampoco quiso dejar atrás que "el baloncesto español te lo da todo". "Cuanto más fuerte sea la competición doméstica, para nosotros es mejor para crecer y mejorar", asegura el colegiado cordobés. Eso sí, ahora tiene que estar pendiente de lo que hagan los combinados nacionales porque si llegan a las semifinales o la final su camino se cortará ahí.

"Estamos preparados para lo que venga porque nunca se sabe. Si viene bien, vale, pero lo importante es mejorar, lo importante es cómo te transforma a ti, porque unos Juegos te marcan la trayectoria hasta que llegas", comenta Conde. "Todo es muy bonito, pero lo que te llevas es todo el camino recorrido y lo que has trabajado. Te llevas la mejora y la trayectoria que has conseguido", agrega.

"Seguimos con ganas de dar guerra"

"Digamos que los Juegos siempre conllevan emociones porque lo has vivido desde pequeño y has admirado a la gente que llega pero, cuando pase el mareo, tienes que seguir trabajando", indica un Antonio Conde que se siente "joven" y no ve aún el final a su carrera como colegiado. "Seguimos con ganas de dar guerra", asegura. Eso sí, "viene gente joven por detrás, que se está adaptando a la competición y te pone las cosas más difíciles, pero es un reto y el ambiente siempre mejora".

"Ahora mismo estoy disfrutando, estoy en un gran momento y me siento con ganas y no me he marcado ningún límite", explica Conde. De hecho, "el baloncesto es mi vida. Es algo esencial en mí, en mi trayectoria, pero hay muchas cosas que no son solo baloncesto". "El avión o el tren es mi oficina, es donde trabajo y me desarrollo", por lo que "el ritmo que llevamos hace que nos perdamos muchas cosas".

Pero más allá de pensar en el futuro, se centra en el presente y en los Juegos Olímpicos, con la idea de "desplegar un buen trabajo, hacer buenas actuaciones y llegar donde tenga que llegar porque no es una obsesión estar en la semifinal o la final". Además, espera "tener un pelín de suerte en los partidos, pero si vienen situaciones difíciles ahí estaremos también para tomar decisiones".

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