El Ángel Ximénez disipó cualquier tipo de duda tras su derrota en Cangas y superó con justicia y merecimiento al Torrelavega en su estreno liguero en el Alcalde Miguel Salas, un partido muy completo del cuadro pontanés que trabajó mucho y bien en todas las facetas del juego para superar la oposición de los cántabros a los que no dio opciones en ninguna fase del choque, un duelo de ritmo frenético y enorme desgaste físico que resultó bastante vistoso y entretenido para el público.

El arranque fue un intercambio de goles constante. Los empates y las mínimas ventajas visitantes se sucedían, pero pronto el Ximénez tomó la delantera en el marcador, ajustando mejor la defensa frente a los santanderinos, un poco precipitados. Pese a la exclusión de Estepa, un gol de Pomeranz en inferioridad dio ventaja a los pontanos, quienes ampliaron la renta con dos tantos de Luisfe para situar un 6-3 en el minuto siete que suponía una declaración de intenciones.

Los visitantes intentaban replicar con los tantos del extremo Czaplinski, pero la efectividad de un inconmensurable Andrei Buzle –con nueve tantos el máximo realizador del partido– y las paradas de Álvaro de Hita iban ahondando en la brecha abierta en el electrónico.

Alex Mozas trató de parar el partido con un tiempo muerto en el ecuador de la primera mitad (13-8), pero para entonces los de Puente Genil se mostraban muy sueltos en su juego, gracias a una gran defensa y a la plena efectividad ofensiva. Las rotaciones consiguieron mantener el nivel y la diferencia se estabilizó en esos cinco tantos, destacando en el tramo final de la primera mitad la aportación de Chen Pomeranz, con tres tantos para dejar un 21-15 de camino a vestuarios.

El ritmo, igual en el segundo acto

En la segunda parte, el arranque volvió a ser vertiginoso, con un nuevo intercambio de goles que esta vez favoreció a los visitantes. Torrelavega anotó un parcial de 1-3 de salida liderado por el pivote Lombilla para ponerse 22-18, en un momento de dudas del Ángel Ximénez que vio como el sueco Nordlander tuvo que hacer una parada salvadora para evitar que la ventaja local se redujese a tres. Pese a ello, un tiempo muerto de Paco Bustos, con 24-20, permitió reconducir ligeramente la situación, aunque los cántabros siguieron al acecho merced a las buenas intervenciones de Mijuskovic y a la rapidez de respuesta tras gol encajado.

Aún así, el equipo de Puente Genil supo hacer una buena lectura de partido, y a partir del minuto 40 encontró de nuevo la fórmula para abrir hueco, gracias a Buzle, Luisfe y a Javi García en el pivote, haciendo mucho daño a la defensa visitante. Con 31-26, Mozas pidió nuevamente tiempo muerto, pero la respuesta del Ximénez fue demoledora, con una muy buena dirección de Pomeranz y goles claves que acabaron por romper la resistencia santanderina. A partir del 34-28 los últimos minutos redondearon el triunfo del equipo pontanés que se gustó para aprovechar los errores visitantes en los ataques de siete para seis, ampliando notablemente la ventaja imponiéndose finalmente por un contundente 41-32.