El Ángel Ximénez plantó cara y batalló ante el Logroño La Rioja, pero esta vez no pudo doblegar a su rival, debido en gran medida a las bajas y al cansancio que apareció en el tramo final del encuentro, todo ello ante un buen conjunto riojano, que demostró su solidez y clara condición de aspirante a los puestos europeos.

El partido arrancó con ritmo lento en los ataques y buenas defensas, sin bien el equipo local careció de suerte en los lanzamientos a portería, con tres a la madera en los primeros minutos. Afortunadamente, las paradas de Álvaro de Hita sostuvieron a los pontanenses, quienes, no obstante se vieron rápidamente 1-5 abajo antes del minuto diez, merced al buen hacer del 6:0 defensivo riojano, sus recuperaciones y su efectividad en el contraataque, lo que obligó a Paco Bustos a parar el partido.

Tras las instrucciones del técnico se vio otro aire en los de Puente Genil. Los goles de Aizen y Keita dieron oxígeno al equipo, que, con un 3-0 de parcial, estrechó el luminoso, pero la precipitación pontanesa y el intercambio de goles facilitó a los franjivino seguir por delante con comodidad, con rentas de entre dos y tres goles favorables. Logroño castigaba sin piedad todos y cada uno de los errores del Ángel Ximénez, imponiendo el ritmo de partido que más le convenía, lo que dificultaba las cosas a un cuadro pontanés que, pese a todo, trataba de no perderle la cara al encuentro.

La primera línea pontanesa se topaba una y otra vez con la férrea defensa riojana, en ocasiones muy al límite del reglamento. En el tramo final, Aizen, bajo amenaza de pasivo, puso a los locales a dos goles, con el 9-11, y aunque Soler, por el extremo anotó para los riojanos, Boskos, con un maravilloso lanzamiento de cadera, situó un abierto 10-12 para acabar el primer acto.

Tras el paso por los vestuarios hubo intercambio de goles en los primeros ataques, sacando Thiago Alves su poderoso lanzamiento exterior. Logroño mantenía su ventaja pese a los esfuerzos pontanenses por reducirla, una dinámica latente durante varios minutos. Cuenca estableció el 15-16 en superioridad por la segunda exclusión de Zaja, y la buena defensa pontanesa posterior dio opciones de igualar, aunque El Korchi forzó la falta en ataque del capitán del cuadro de Puente Genil.

A partir de ahí, los riojanos no se descompusieron, estirando nuevamente su ventaja, para desesperación de un Ángel Ximénez no veía la forma de hincarle el diente a su rival. Aizen, de fly, un siete metros detenido por De Hita y un gol de Sousa dibujaron un esperanzador 19-20, que motivó el tiempo muerto de Velasco con un mundo por jugar, pero Xavi Tua, que regresaba a la que fue su casa, tranquilizó la situación para Logroño, que forzaba siete metros en casa ataque.

David Cadarso, con su cuarto gol, puso el 19-23, complicando mucho el encuentro para los de Bustos, muy mermados por la falta de rotaciones. En los últimos minutos el Ángel Ximénez intentó la heroica, con un gran De Hita bajo palos, pero el cansancio, las imprecisiones en ataque y la efectividad de los Cadarso acabaron decantando la balanza definitivamente del lado visitante.