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El Ángel Ximénez se estrella ante un crecido Atlético Valladolid

Silva es agarrado por un jugador del Atlético Valladolid.

Silva es agarrado por un jugador del Atlético Valladolid. / Sergio Borja

El Ángel Ximénez se estrelló contra Benedek Nagy. El portero húngaro debutó de la mejor manera posible con un Recoletas Atlético Valladolid que rompió su mala racha de resultados de la segunda vuelta liguera -llevaba cinco derrotas consecutivas- tras imponerse a un férreo conjunto de Puente Genil por 26-21.

Con un estrenado marcador como testigo principal en Huerta del Rey, saltaron a la cancha los dos equipos sin demasiada intensidad, sobre todo por parte de los de Paco Bustos, que jugaban al límite del pasivo. Este aspecto no beneficiaba a los vallisoletanos, acostumbrados a imponer un ritmo alto en ataque, por lo que la iniciativa en el tanteo la tuvo el Ángel Ximénez hasta que el Recoletas Atlético Valladolid, con el acierto de Dimitrioski desde la línea de siete metros, pudo variar el rumbo.

A todo ello se unió también la tarjeta roja directa mostrada a Jung, uno de los jugadores más activos del cuadro de Puente Genil, en esos primeros compases del encuentro añadió mayor impulso a los vallisoletanos, que tardaron en afianzarse en defensa.

Fue, precisamente, la entrada del recién llegado a Valladolid, Benedek Nagy, quien debutó en el minuto 13, la que terminó de despertar a los locales, ya que pudieron aprovechar los contraataques para ir sumando goles a su casillero.

Lima también aportó un aire fresco al juego del Atlético Valladolid, lo que le permitió adquirir una renta de cuatro tantos (11-7) que el técnico cordobés, Paco Bustos, trató de cortar con un tiempo muerto. Si bien tras el receso los cordobeses recortaron las diferencias, las transiciones de los de David Pisonero volvieron a otorgarles tres dianas de diferencia (13-10) al llegar al descanso.

En la segunda mitad, el Ángel Ximénez apretó en defensa y creó problemas a los locales, que no supieron aprovechar las superioridades para poner más tierra de por medio, acumulando numerosos fallos en los lanzamientos.

De nuevo, la buena defensa azulona, bien sellada en Nagy, permitió al Atlético Valladolid volver a adquirir una ventaja de cuatro goles (18-14), pero a Pisonero no le terminaba de gustar lo que sucedía en la cancha y paró el crono para tratar de centrar más a los suyos.

Y les vino bien ese receso a los vallisoletanos, que mostraron más fluidez en ataque para situar un 20-15 que hizo reaccionar a Paco Bustos en el banquillo visitante para mantener con vida a su equipo en los instantes finales. Sin embargo, el Atlético Valladolid, impulsado por la seguridad de Nagy en la meta, supo mantener esa renta de cinco goles para amarrar un triunfo vital de cara a recuperar posiciones en la Liga Asobal.

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