El encuentro entre el Villafranca y el Figueroa CD del Grupo II de Cuarta Andaluza Juvenil dejó una de las peores imágenes que se pueden vivir en un campo de fútbol. El árbitro del encuentro, que enfrentaba a dos conjuntos de la zona alta de la tabla, fue agredido y tuvo que acudir al hospital por "una herida sangrante en el el interior del labio y un dolor cervical", según explica el colegiado en el acta arbitral.

Los incidentes se desarrollaron a la conclusión de un partido que acabó con victoria del equipo capitalino sobre el de Villafranca de Córdoba. Al descanso, el marcador reflejaba un empate a tres tantos. Tras la reanudación, los villafranqueños marcaron el cuarto tanto, pero una expulsión de los locales supuso que el Figueroa remontase y se llevase los tres puntos.

A la conclusión del envite, que acabó con cinco expulsiones, el colegiado relata en el acta, al que ha tenido acceso el Día, que varios jugadores lo insultaron y lo amenazaron. Además, uno de ellos, tras soltarse "de las personas que lo retenían, se dirigió hacia mi persona para golpearme con su pie en la cara lateral de la pierna, produciéndome un eritema".

Por otro lado, el encargado de material del Villafranca, una vez acabado el encuentro, se dirigió al colegiado en los siguientes términos: "Eres un hijo de puta, te has cargado el partido, me cago en tus muertos". Acto seguido, el colegiado señaló en el acta que levantó "su brazo con el puño cerrado y con el rostro desencajado, golpeándome con él en la boca, con uso de fuerza excesiva".

Ante esta agresión, el colegiado explicó que le produjo "una herida sangrante en el interior del labio inferior y un dolor cervical". Tras dicho incidente, también relató que no recibió "ayuda por ningún dirigente técnico del equipo local", por lo que tuvo "un directivo de dicho club local tuvo que llamar a las fuerzas del orden público".

Debido a dichos incidentes, el colegiado señaló también en el acta que se produjeron daños materiales personales, "tal como la tarjeta roja y la correa del reloj". El acta del partido tuvo que ser acabada por el colegiado en su domicilio tras ser escoltado por una pareja de la Guardia Civil hasta su propio vehículo para poder abandonar "con seguridad" las instalaciones donde se disputó el encuentro. 

Tras todos estos hechos ocurridos, el colegiado acudió al hospital, donde fue examinado "por un médico". Posteriormente, tras tener en su poder el parte facultativo, en el cual se acreditó "fehacientemente tales lesiones", presentó "a posteriori la correspondiente denuncia en la comisaria de la Policía Nacional". Ahora todo está en manos del Comité de Competición de la Federación Cordobesa de Fútbol.