Adiós a los últimos de El Alcoraz

La marcha de Arteaga y Javi Flores acaba definitivamente con la plantilla que celebró el ascenso a Segunda en 2007 · El único de aquel vestuario que todavía forma parte del club es Pierini, flamante técnico del filial

La plantilla del Córdoba que consumó el ascenso a Segunda en 2007 posa en el Ayuntamiento después del recibimiento de Rosa Aguilar.
La plantilla del Córdoba que consumó el ascenso a Segunda en 2007 posa en el Ayuntamiento después del recibimiento de Rosa Aguilar.
Toni Cruz / Córdoba

07 de agosto 2011 - 05:02

Con la marcha este verano de David Arteaga (fichado por el Sabadell) y Javi Flores, el Córdoba cierra definitivamente un ciclo. Ambos centrocampistas eran los últimos supervivientes de aquel grupo que el 24 de junio de 2007 consiguió en El Alcoraz ante el Huesca el último ascenso a Segunda.

Mucho ha llovido en el seno de la entidad blanquiverde en estos cuatros años. Dos presidentes (tres con Carlos González), cuatro entrenadores (Paco Jémez repite tras ser el capitán de la nave justo el año siguiente del salto de categoría) y hasta 60 jugadores han trabajado en pos del club de El Arcángel. En lo deportivo, los logros se circunscriben a salvaciones más o menos apuradas (puestos 18, 13, 10 y 16).

La primera revolución se produjo nada más consumarse el ascenso. Pepe Escalante, el técnico que obró la gesta, estaba virtualmente fuera incluso antes del último encuentro de aquel play off. Junto a él dejaron la entidad Carrión (luego llegó a pelotear con el Peñarroya), Esteban, Hugo Pina, Nano, Soderstrom, Verza, los canteranos Javi Cuadra y Álex y, por encima de todos ellos, Pablo Villa, símbolo durante años y cuya no renovación generó un debate entre el cordobesismo durante aquel verano de 2007. Su destino fue, por cierto, el ahora recién promocionado Guadalajara.

Después de una agónica permanencia en Anoeta el 15 de junio de 2008 fue confirmado en el banquillo José González (quien sustituyera a Paco). Entre él y Emilio Vega remodelaron una vez más la plantilla. De entre las bajas anunciadas en la pretemporada de 2008 sobresalieron las que se referían a la parcela ofensiva: los carismáticos Javi Moreno y Julio Pineda perdieron sus plazas, mal cubiertas por Gastón Casas y, sobre todo, por Yordi (llegó como máximo goleador de la categoría y se marchó como el mayor fiasco reciente que haya vestido la blanquiverde). De los héroes de El Alcoraz también fueron cortados Dani (el lateral que coló el penalti decisivo), Diego Reyes, Antonio y Navarro, éste en el mercado invernal.

La campaña 08-09 tampoco fue precisamente exitosa. Tanto que José fue despedido tras la jornada 15; su puesto lo ocupó Juan Luna Eslava, el hoy secretario técnico. Acabaron salvándose en la antepenúltima fecha (la permanencia más temprana desde el último ascenso) y ocupando el puesto 13.

El presidente Rafael Campanero dejó su cargo en junio (Emilio Vega dimitió en enero, dando paso a Javier Zubillaga) y cedió el testigo a José Miguel Salinas, quien confió ciegamente su proyecto -en connivencia con el dueño, José Romero- al prestigioso entrenador Lucas Alcaraz. El granadino y Zubillaga no contaron con otros seis supervivientes de la plantilla de la 06-07. Aurelio y Endika, maltratados por las lesiones durante su periplo como cordobesistas, se marcharon a Ceuta y Salamanca, respectivamente. Guzmán (Castellón) y Rubén (Granada), cuyas salidas no fueron del todo comprendidas por su entrega y compromiso con el club, también encontraron pronto acomodo; su suerte, eso sí, ha sido diametralmente opuesta desde entonces en función del rendimiento de sus respectivos conjuntos. David Valle, titular indiscutible en 2007, se fue al Poli Ejido. Y en esa canícula dejó de ser futbolista en activo el capitán del equipo, Alessandro Pierini, que pasó al banquillo como segundo de Alcaraz y desde el presente curso entrenará al filial.

El verano pasado, después de otra salvación relativamente apurada, ya sólo quedaban tres protagonistas del último ascenso en el plantel (Asen, Arteaga y Javi Flores). Los tres de mucho peso y con contratos de cuando el fútbol aún movía dinero bien lejos de la crisis. El capitán finalizaba su relación laboral con el Córdoba y no le ofrecieron prorrogarla, a pesar de que manifestó que estaba dispuesto a bajar su ficha para seguir. El Albacete primero y el Recreativo después fueron sus equipos durante la pasada temporada. El antaño conocido como Asengolya se ha medido a su ex equipo con dos camisetas diferentes e incluso le marcó en el Carlos Belmonte.

Y así se llega al presente. Nuevo dueño, nuevo-viejo entrenador, nuevo-viejo secretario técnico y -lo tristemente novedoso- unos administradores que velan por que no se gaste un euro más de lo debido después de que el club se haya acogido al concurso de acreedores.

Dentro de esa austeridad se enmarca el adiós de Arteaga y Flores. Dos salidas que representan el final de una generación de jugadores cordobesistas que gracias a aquella proeza de 2007 en El Alcoraz siempre serán recordados como cumplidores. La afición, por todo, les estará siempre agradecida. No les olvidarán.

stats