Adiós al timón del Real Madrid ye-yé
Manuel Velázquez, centrocampista del Real Madrid entre 1965 y 1977, falleció ayer a los 72 años de edad, según informó el club blanco. El ex jugador del Real Madrid fue el cerebro que dirigió el juego de su equipo durante más de una década, en la que logró su mayor éxito tras ganar la sexta Copa de Europa al vencer en la final 2-1 al Partizán de Belgrado.
Aquel fue su mayor hito. La final disputada en el estadio de Heysel en 1966 representó la culminación de un centrocampista exquisito, amante del pase milimétrico, purista de la elegancia y con la suerte del principiante: en su primera temporada en el Real Madrid fue titular y ganó la Copa de Europa.
Velázquez llegó con buen pie a la entidad merengue en aquel lejano curso 1965-66. Admirador de Ferenc Puskas, muchas veces lamentó que algunos lo acusaran de retirar al jugador húngaro, que coincidió con él en la temporada de su estreno. Su llegada, tal vez, aceleró la marcha de uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid.
Nacido en Madrid un 24 de enero de 1943, se formó en las categorías inferiores del club que lo vio triunfar. En 1958 ingresó en el juvenil, donde jugó hasta la temporada 61-62. Después, dio el paso al amateur madridista con el que fue campeón de España en 1962.
Tras dos cesiones consecutivas en el Rayo y el Málaga, entró en los planes de Miguel Muñoz, que poco a poco renovó a un equipo envejecido tras el paso de nombres imprescindibles con Alfredo Di Stéfano a la cabeza, líder de la generación que consiguió cinco Copas de Europa entre 1955 y 1960.
Velázquez fue una de las apuestas de Muñoz para un equipo en el que coincidió con Pirri, Serena, Amancio, Sanchís, Grosso, De Felipe o Zoco, que falleció el año pasado para dejar un vacío hoy mayor tras el deceso de Velázquez.
Ese grupo de jóvenes, junto con Gento y Santamaría, y la testimonial presencia de Puskas, lograron ganar la sexta Copa de Europa. Después de eliminar al Kilmanrock escocés, al Anderlecht belga y al Inter italiano, doblegaron al Partizán en la final y conquistaron un trofeo que no volvió a las vitrinas blancas hasta 1998.
Velázquez fue uno de los pilares de aquella generación y ganó seis Ligas y tres Copas de España. Pero su fútbol, que tenía muchos admiradores, también tenía muchos detractores que lo acusaron de ser demasiado frío. Por eso, el fichaje del alemán Netzer, que deslumbró en la Eurocopa de 1972, aceleró su paulatina decadencia.
No hay comentarios