"Aceitunita comida..."

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Alcaraz incide en el trabajo semanal como fórmula de alcanzar un objetivo que aún no quiere definir · No cree que los cuatro empates encadenados en Liga les presionen más: "¿Cuándo no es obligatorio ganar?"

Toni Cruz / Córdoba

05 de noviembre 2010 - 05:02

Huesca, Huesca y Huesca. A Lucas Alcaraz, entrenador del Córdoba, no le importa -hasta cierto punto- lo que pueda pasar dentro de un par de semanas. Mucho menos lo que pueda acaecer en el lejano mes de junio. Porque tiene claro -y así lo expresó ayer con un castizo "aceitunita comida, huesecito fuera"- que lo que realmente tiene valor cuando la clasificación transita por el mes de noviembre es el día a día. El siguiente partido como una final en pos de un objetivo aún por definir.

El granadino debía estar ayer pasándolo nada más que regular. Entró en la sala de prensa cojeando y reconoció que en su pie tiene "un absceso, una infección de pus ahí dentro. Estoy con antibióticos intentando evitar la operación". Sin embargo, contó con cierto tono jocoso que "a pesar de eso estamos al pie del cañón, mientras el cerebro y la voz estén bien".

Su cerebro y su voz tendrán que rendir a tope para dinamitar la dinámica en la que han entrado sus muchachos. Una que no es ni buena ni mala ni todo lo contrario. Cuatro empates consecutivos en Liga pueden llevar a pensar que una victoria en el partido de mañana adquiere un carácter casi necesario. Pero Alcaraz reflexionó ayer: "¿Cuándo no es obligatorio ganar? Siempre. Otra cosa es que se pueda".

Dentro de esa lucha hacia la propia definición han retumbado las palabras del presidente José Miguel Salinas. Esta semana insinuó con ambición que no le gustaría pensar en otro reto que no fuera luchar por algo grande. El adiestrador del Córdoba incidió en su discurso inicial, eludiendo por completo un debate "que no conviene" porque "el objetivo mío es el Huesca, intentar ganar el siguiente partido. A partir de ahí que cada cual haga sus componendas". Además, apuntó, "estamos en noviembre y en este mes hay que pensar en cada partido. La clasificación se mira en los diez últimos encuentros".

Esta semana, afortunadamente porque es señal de que siguen vivos en Copa del Rey, tendrán que afrontar los futbolistas de Alcaraz tres compromisos. Al menos por una vez al técnico no le disgusta cómo ha quedado el calendario, porque "en las semanas de tres partidos, entre comillas, el problema es el tercero y en este caso está suficientemente espaciado como para si queremos que repita algún jugador pueda hacerlo".

De todos modos, insistió en que "nuestros sentidos están en el partido del sábado. Jugar la Copa el miércoles hubiera sido la cuadratura del círculo, pero… He picado otra vez (porque habló más allá de mañana)… Hay que estar con los cinco sentidos en el Huesca y a partir de ese día pensar en el de Copa".

En el último choque en El Arcángel, ante el Tenerife, hubo un sector del público -minoritario, eso sí- que recriminó tanto el juego como el resultado de su escuadra. Es ésa otra premisa de la que quiere aislarse el técnico, porque "nosotros nos tenemos que centrar en el partido del Huesca desde el punto de vista cualitativo. Independientemente, pertenecemos a un entorno en el que hay un impacto por vuestras opiniones (las de los periodistas), hay un público y unos hechos que acontecen semanalmente". Pero, de cualquier modo, "estoy súper agradecido a los que me pitaron y a los que no por haber venido al campo el otro día. Mi afición son todos".

Y después de eludir todas estas cuestiones que no suman sino restan, según Alcaraz, únicamente queda apelar a la suerte. Una que sigue - a su entender- sin respetar al Córdoba esta temporada. Así lo expresó al final del choque de Tarragona y también ayer, recordando que "el otro día creo que sufrimos bastante poco. Hubo algunas faltas laterales, algún centro bien defendido, casi sin remate y el gol nos lo hacemos nosotros en una jugada de carambola. Es cierto que nosotros tampoco hacemos muchas ocasiones, pero sí tres o cuatro muy buenas. Hay que estar en la línea de competir los partidos y así estarás en disposición de ganarlos". Y así, "un día te lo puedes meter en propia puerta tú, pero otro día se lo puede meter el contrario". Ésta es la fórmula para que quede una aceitunita menos y un huesecito más.

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