Cruz de guía

Casi tres décadas de fidelidad

  • Los capataces de la cofradía de Jesús Caído son los que más tiempo llevan en el cargo

El hermano mayor de Jesús Caído, que era Rafael Jaén, decidió hace 30 años que los pasos de la cofradía dejaran atrás las ruedas y fuesen a costaleros. Para ello, propuso que el primero en el que se probase esta experiencia fuese el de Jesús Caído y que después lo hiciera el de la Virgen de la Soledad. El propio Jaén, con 21 años, fue el capataz esta primera vez, y, al año siguiente, lo hicieron Rafael Muñoz y Patricio Carmona, quienes se encargaron de las cuadrillas de Jesús Caído y la Soledad, respectivamente. Desde entonces, entre ellos y la hermandad se ha establecido una relación de mutua fidelidad que se ha mantenido inalterable hasta nuestros días. Un caso inédito en el mundo del costal.

El actual hermano mayor, Rafael Carlos Roldán, explica que tanto él como sus antecesores han tenido "tal grado de confianza" que no se han planteado "ni el más mínimo cambio" en todo este tiempo. En aquel momento, Carmona contaba con una experiencia corta, puesto que había pocos pasos a costaleros. "Desde pequeño tenía mucha devoción a Jesús Caído, porque era la cofradía de mis padrinos, y cuando me propusieron ser su capataz me pareció algo caído del cielo", comenta. Muñoz, por su parte, tenía 23 años, aunque ya llevaba algunos ayudando a su padre como contraguía.

La hermandad de la Expiración fue la primera en desterrar las ruedas y apostar firmemente por las cuadrillas de hermanos costaleros, la fórmula que, al cabo de los años, es la que se ha extendido por todas las cofradías. La otra alternativa que existía en aquel momento era la de las denominadas cuadrillas de costaleros profesionales, en las que, precisamente, se curtió Rafael Muñoz a las órdenes de su padre. La del Caído, por tanto, fue una de las primeras en seguir la brecha abierta por la Expiración, con un resultado mejor del que se podía esperar en aquel momento. El actual hermano mayor se muestra satisfecho del número de costaleros con el que cuentan cada año. Como ejemplo, anoche, Rafael Muñoz tenía a 80 en la lista para el Jueves Santo.

Anoche había ensayo, como los hay desde hace tres décadas. El ambiente en lo alto de la Cuesta de San Cayetano era el de un Jueves Santo anticipado. El capataz del paso de Jesús Caído reflexiona que el mérito de esta relación tan estrecha entre ellos y la cofradía está en que "las distintas juntas de gobierno han respetado nuestro trabajo y lo que hemos decidido ha sido siempre bien valorado por los hermanos mayores".

Si tanto Rafael Muñoz como Patricio Carmona han sido fieles a la misión encomendada, uno de los costaleros de aquella primera cuadrilla no ha dejado de salir ni un año. "No ha faltado ni a un ensayo en todo este tiempo", afirma Muñoz. Es Rafael Madueño, quien, en opinión de su capataz, "merece un reconocimiento". Carmona, por su parte, centra en la cuadrilla el éxito de su trabajo. "Nosotros somos quienes los guiamos, pero ellos son los verdaderos protagonistas", asevera.

Roldán describe a Muñoz y a Carmona como "dos personas que son buena gente, están entregadas a la cofradía y siempre han sabido estar en su sitio".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios